lunes, 17 de junio de 2013

Manantial o Cascada



De vez en cuando la vida...nos pone al límite, al borde de un precipicio en donde debemos tomar la decisión más fundamental de nuestras vidas. De vez en cuando la vida deja de ser un tranquilo manantial en donde nos dejamos fluir al capricho de la corriente y nos pone al borde de una enorme catarata, con remolinos, rápidos, en donde si no hacemos algo, podemos correr el riesgo de destruirnos. Y debemos aprender a nadar contracorriente, para que no nos devore la fuerza de esa caída abrupta e inesperada.

Es agotador, y corremos el riesgo de no llegar a la orilla, porque, tal vez, nos dejamos fluir demasiado tiempo, nos permitimos flotar sin pensar que podíamos correr alguna clase de peligro...Tratar de salvarnos de nuestros propios errores, de nuestra excesiva confianza, de no haber tenido ni un sólo signo de alerta que nos advirtiera que, más allá de nosotros mismos, podría haber algo que nos costara la vida o los sueños.

Caer precipitadamente por la cascada puede ser mortal...y también puede ser que luego volvamos a un maravilloso manantial en donde podamos dejarnos fluir libremente. Sin embargo, los magullones nos recordarán que en cualquier momento podemos llevarnos una sorpresa. Porque todo, en esta vida, tiene períodos de manantial  calmo y relajante, hasta que una abrupta cascada nos despierta de nuestros sueños y nos pone a luchar por nuestra propia existencia.