sábado, 31 de diciembre de 2022

2022-2023


 Cuando vemos nuestros recuerdos,  ya sea en fotos viejas o en las redes, nos damos cuenta de las cosas que hemos hecho, de los imposibles que hemos superado, de cuánto camino hemos recorrido.


El último día del año acostumbramos a hacer ese balance, a reírnos de nosotros mismos, porque mientras caminamos no podemos mirar hacia atrás. 


A lo largo del tiempo he armado un placard,  dos mesas de luz, he pintado un auto a rodillo, armé una hidrolavadora, tejí remeras, gorros y puloveres,  pinté mandalas, tuve una motito,  un auto que se caia a pedazos,  otro auto con el que aprendí que las peores cosas te pueden pasar en el momento y lugar mas inoportuno. Use una bicimoto, me accidenté, nací de nuevo, bajé cambios, aprendí que tenia mucho que modificar, llegó mi primer auto nuevo, conocí a quien me haría dar un vuelco en mi vida. 


Escribí,  escribí mucho, reclamé, tuve mi segundo auto nuevo, volví a tropezar con la misma piedra y volví a caer en un abismo profundo. Seguí escribiendo,  tejiendo, y armando cosas. Volví a la superficie y aspiré profundo todo el aire que le faltaban a mis pulmones. Solté lastres, reí,  lloré y lo intenté otra vez.


Descubrí que heredé la terquedad de mi madre cuando quiere hacer algo y no hay Cristo que la detenga. Que, para cosas diferentes,  somos iguales. Y que, a la larga, la felicidad es sentarme con ella a tomar mate en cualquier lugar del mundo.


Me cambié nuevamente el auto, tuve transformaciones y seguí escribiendo. Canté a los gritos en el coche, me reí, lloré, pensé que todo estaba perdido y supe recuperarme. Tuve cáncer y sobreviví a una pandemia. Me quebré el codo, perdí amigas, gané otras, y quise aprender cosas nuevas. Me volví a caer, literalmente, me esguincé y se me acomodaron los huesos y las ideas. 


Tuve miedo, lo escondí con coraje e hice lo que había que hacer, sonriendo y tratando de saber que la vida es así. Me derrumbé, pero sin el permiso de demostrarlo. Poco a poco voy acomodando todo, cómo en un eterno rompecabezas, al que alguien desarma justo en el instante en que voy a ponerle la última pieza.


Aprendí que a mi ángel de la guarda nunca le hice las cosas fáciles y que debe ser una especie de Terminator, siempre rescatándome de los peligros y atento a mis imprudencias. Que puedo ser la Mujer Maravilla sin dar vueltas y que la intuición es el mejor lazo de la verdad que poseo. 


Que soy como todos y que soy como nadie. Que me costó mucho hacer mi propio camino y hoy, que miro hacia atrás,  puedo reirme entre amargo y amargo, sorprendiéndome de mi misma.


Que alrededor mío hay mucha gente maravillosa, que soportó mis disparates, que se enganchó en mis aventuras o que me ancló en la realidad. Que fueron barco, remo y puerto, llevándome a un sueño, acompañándome en una locura o esperando mi regreso para recuperarme. 


No se si se puede pedir algo más que estar vivos. 


¡¡Feliz sábado!! ¡¡¡¡Feliz 2023!!! ¡¡¡Que sus sueños se cumplan!!!imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2016-actualizado 2022

jueves, 29 de diciembre de 2022

Todas las canciones.




Estás ahí. Aunque no quiera, no puedo evitarlo. Enciendo la radio y suenan las canciones que te dediqué. Las que sonaban en mí mente cada vez que te miraba.


Intenté no escucharlas por un tiempo. Alejarme de todo lo que me llevara tus recuerdos. Quise romper mis memorias y ver todos tus defectos. 


Te borré de todos lados. Mis agendas ya no tienen rastros tuyos. Nada me recuerda eso que algún día fuimos. Nada queda de lo que una vez nos unió.


Pero, de repente, suena aquella canción que quedaba perfecta para cuando me hacías ese café después del amor. O la otra, que me venía a la mente cuando te veía dormir, tranquilo, a mi lado, y yo contaba tu respiración, esperando a que despiertes.


De pronto, cientos de canciones cuentan nuestra historia, sin saberlo. Y no puedo evitar que regreses a mi memoria. A que mi piel te extrañe. A que tú perfume me envuelva y me atrape en una espiral de la que huí por tanto tiempo.


Por más que haya roto tus fotos. Aunque nunca más huela el aroma de tu piel y jamás tus ojos se crucen con los míos.  Aunque nunca vuelva a sentir el calor de tus manos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Estás ahí, a la vuelta de cualquier melodía que me lleve a esos pequeños momentos compartidos, a esos instantes en que solo éramos nosotros ante el universo, a ese lugar en dónde la felicidad se quedaba enredada en el alma y nada parecía imposible.


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2022

domingo, 25 de diciembre de 2022

Recolectando momentos.


 


Estoy recolectando momentos, recuerdos para un futuro que no es tan lejano. Quiero guardar en mi alma la mayor cantidad de minutos junto a quien amo, para poder revivirlos más adelante.


Quiero abrazar durante horas, para tatuarme en mi piel su piel, para envolverme en su aroma cuando la tristeza quiera dominarme, cuando la soledad me invada con su crueldad.


Quiero acumular momentos, darle todos los besos que no voy a poder cuando ya no esté, decirle todos los te quiero que se me van a quedar atragantados.


Quiero compensar las ausencias que la hicieron sentirse sola, quiero cubrir el amor que no tuvo y bajarle la Luna que nadie le supo bajar. 


Quiero recolectar cada momento a su lado, para tenerla en mi alma cuando su ausencia me haga dudar de todo y me dé fuerzas para seguir adelante. 


Quiero todas las fotos, todos los aromas, todos los recuerdos, para acurrucarme en los instantes más oscuros y sentir su luz cobijándome. 


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2022

viernes, 2 de diciembre de 2022

Hotel California.



Ella llegó al café con pasó apresurado. Quería tomar algo rápido y quitarse las malas energías que le había dejado la charla con su jefe. Más horas de trabajo por la misma paga.


Buscó una mesa vacía, le señaló a un camarero que le llevará un café  negro y fue a sentarse sola. Necesitaba estar en paz por unos minutos. 


"Si café, señorita". La voz la hizo salir de su ensimismamiento. Habitualmente, el mozo dejaba la taza, junto a un pequeño vaso de agua y el ticket, y se retiraba sin decir palabra. Pero ahora se había quedado ahí, con la taza en la bandeja. Levantó la vista y se sorprendió al ver a otro hombre.


"¿Sos nuevo?", le preguntó mientras lo miraba. "No, solo que hasta ahora no nos habíamos cruzado". Él tenía acento español. Y unos ojos verdes que brillaban como esmeraldas. Y una sonrisa... Pero que sonrisa! ¿Cómo era posible que siendo una asistente regular de ese sitio, nunca lo hubiera visto?


El camarero aún estaba de pie, junto a la mesa, con la taza de café negro humeante en la bandeja. Ella notó de repente que habían dos tazas.  El hombre sirvió una y, sin ningún reparo, colocó la otra sobre la mesa y dijo "¿Le molesta si me siento?".


Asombrada, ella hizo que no con la cabeza. Él comenzó a hablarle, a hacerla reír. La bebida de las tazas parecía interminable. Las horas pasaban y ella no se daba cuenta. Ese hombre había hecho desaparecer todo lo que había a su alrededor.


De repente, él la miró fijo. Le tomó la mano, la hizo levantarse de la silla y la acercó a su cuerpo. Una musiquilla comenzó a salir de algún lugar y bailaron juntos hasta que un beso interminable los unió.


Ella, en un remolino de sensaciones, no supo cómo llegó a la habitación de ese hotel, cómo su cuerpo se enredó con el de aquél desconocida, de qué forma sus manos volaron como palomas por el cielo de su piel.


Al abrir los ojos, el camarero de siempre le dejó su taza de café negro sobre la mesa, con el vasito de agua y el comprobante de pago. Lo miro sorprendida, como si nunca lo hubiera visto y ese hombre le hizo un gesto con las cejas, cómo diciendo si quería algo más.


De pronto, en el televisor que funcionaba sin que nadie le prestará mucha atención, apareció una imagen del otro, del que la había raptado a un lugar soñado. Mientas de fondo sonaba un tema llamado "Bella desconocida", la voz de una periodista informaba que ese día era el décimo séptimo  aniversario de la muerte de aquél cantante español, al que ella había amado apasionadamente hacia apenas dos minutos. 


Inspirado en el tema "Hotel California".

Imagen tomada de la web.


©Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2022