sábado, 4 de diciembre de 2021

Caminata.




Vas caminando. Mirás hacia atrás y ves como las huellas van cambiando. Cuando comenzaste, habían muchas. Pasos enormes, unos más pequeños, en un punto descubrís tus propias huellas, diminutas, temblorosas, que se suman al camino.


En algún momento, algunas marcas comienzan a desaparecer. Al mismo tiempo, unas huellas menudas se hunden en la arena, dejando un surco profundo, casi como una trinchera. Tus pasos crecen y, poco a poco, las marcas de tu madre comienzan a ser más livianas, que dejan de ser un agujero profundo para volver a caminar en la superficie. El peso que llevó sobre sus hombros se fue aligerando con tu madurez.


Seguís caminado, y descubrís pasos que aparecen un tiempo y luego toman otro rumbo. Algunas huellas dejan más marcas que otras, no solo sobre la playa, también en tu corazón.


De pronto, notas que tus pasos comienzan a hundirse, que cada paso te cuesta, como si tus pies fueran de plomo. Ahora, el peso lo estás llevando vos. 


A veces te sentís sola y lo único que querés es dejar de caminar, plantarte, quédate quieta algún tiempo, salir de esa trinchera que se formó a tu alrededor y que todo sea más ligero. Pero te das cuenta de que no podés. Si te detenés, te hundís para siempre y ya nadie podría ayudarte. 


Tenés que seguir. Por momentos, caminás más rápido, más liviano, y una mano te sostiene cuando menos lo esperabas. Te alienta a llegar más lejos, a disfrutar del sol, a querer alcanzar la luna. Su compañía te hace más llevadero todo, y te alivia el alma. Podés recostarte en su hombro, que te tome por la cintura y te lleve unos pasos, mientras te sentís más segura. Su sonrisa, su voz, te hace más fuerte.


No sabés cuánto te va a acompañar, solo que su presencia es un remanso y te da ánimos para seguir adelante. Sus huellas están junto a las tuyas hoy, ahora. Y el camino, juntos, se hace más simple. El sol te cubre de un aura dorada. Eso es la felicidad. 


Imágen tomada de la web.

© Cristina Vañecek Derechos Reservados 2021

domingo, 21 de noviembre de 2021

Tu cielo.




Amanece. La luz dibuja tu figura, durmiendo, a mí costado. Una enorme deseo de abrazarte me invade, pero tengo miedo de despertarte, de romper tu sueño, de que el hechizo que esta noche nos envolvió se termine.


Te oigo respirar. Pausado, lento, profundo. Un suspiro rompe esa monotonía y te das vuelta, hacia mí, dormido como un niño en una nube.

 

Te huelo, y tu piel tiene el perfume del amor, del cansancio acumulado por las búsquedas de algo que no sabes qué es, tu piel tiene el aroma del tiempo que perdimos antes de vernos, de encontrarnos.


Abres los ojos lentamente. Te estiras como si hubieras dormido cien años, y un beso encantado rompiese un embrujo. Te sonrió. Y, ahora sí, te abrazo y me pierdo en tu cuerpo, en ese cielo abierto de tu piel en el que puedo volar con libertad.


 #Besos #Deseo #Amor #Sueño #Paz #Vida


Imágen propia

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

domingo, 7 de noviembre de 2021

Ahora


 Ahora.


Estás ahí, tan cerca, y tan lejos. Aquí y allá, al mismo tiempo. Casi que siento el aroma de tu piel, pero aún no puedo rozarte con mis dedos.


Estamos aquí, mirándonos sin mirarnos, desviando cada palabra que de acerque a esto que no nos atrevemos a decir. Tenemos miedo, dudas, dolores viejos, penas mal curadas, y a la vez valor, certezas,  anhelos nuevos, cicatrices cerradas.


Ahora, envueltos en el mismo torbellino, poco a poco vamos acercándonos, dando pequeños pasos, uno a uno, pisando firme, hartos los dos de pantanos y arenas movedizas.


Hoy, tu beso me roza suavemente el alma. 

Hoy, tu mano toma la mía y se atreve.

Hoy, vos y yo, comenzamos a ser nosotros.


Imágen tomada de la web.

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021


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sábado, 30 de octubre de 2021

Volver a empezar.


 Volver a empezar.


Poco a poco, sin apuros, con los miedos en la espalda, con las manos tibias, con las ganas nuevas.


Despacio, sabiendo que el pasado ya no duele, descubriendo nuevos mundos, sintiendo que la vida, otra vez, nos dan una oportunidad.


Paso a paso, temblando hasta los huesos, descubriendo que, muchas veces, una misma es quien se boicotea los sueños.


Lentamente, tomando su mano, dejándome llevar, sin saber muy bien a dónde, sabiendo que arriesgarme es la única posibilidad.


Volver a empezar. Volver a creer. Volver a amar. De a poquito. Lentamente. Sin apuros. 


Imágen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

 #miedosfuera  #sueños #SueñosHechosRealidad 

#Amor #Escrito #Texto #Palabras #Comienzos #Señales #Letras

domingo, 12 de septiembre de 2021

Búsqueda



Te estaba buscando, en medio de la nada,  como quien no sabe bien qué es lo que quiere.


Te buscaba, perdida en la oscuridad, tanteando territorios desconocidos, sin saber si existías.


Buscaba lo que no pensaba que fuera cierto, mi lugar en el mundo, un calor especial, un aroma.


Buscaba huellas de mí misma, recuerdos de otras vidas, sueños olvidados apenas despertaba.


Y te encontré. Tan perdido como yo. Más confundido que yo. En medio de una niebla que no querías reconocer.


Te encontré y sentí que tu abrazo era mi casa, que tu perfume era mi aire, que tu vida estaba irremediablemente atada a la mía.


Pero tu camino no era el mío. Tu búsqueda no tenía rumbo, ni horizonte, ni brújula.  Vos eras mi destino, pero yo no era el tuyo.


Y así como te encontré, tuve que dejarte ir, como si fueras agua entre los dedos. Porque tu desorden me quemaba, tu ceguera me convertía en las cenizas de la mujer que había sido. Porque a tu lado, solo me iba a desintegrar, hasta volverme nada.


Te dejé ir, con el dolor de haber estado en el paraíso, con la tristeza de haber aprendido a volar y que luego me cortaran las alas. Con la certeza de que nunca hubiéramos podido ser felices juntos.


Te buscaré. Tal vez en otra vida. Cuando tanto dolor se haya diluido. Cuando tantas dudas se vuelvan seguridades. Cuando me veas y no sigas de largo, sin saber qué buscar.


Imágen tomada de la web.

© Cristina Vañecek-Escritora

 Derechos Reservados 2021

jueves, 12 de agosto de 2021

Ya no te quiero.


 


No vibra nada, no me late el corazón, no se acelera mí respiración ni me tiembla el cuerpo al saber de tu presencia.


Ya tu perfume no me provoca nada. No me nubla los sentidos el aroma de tu piel, no me despierta esa parte instintiva, que me hacía perder la razón.


Tus ojos no me dicen nada. No los se leer. No entiendo el idioma en que me hablan. 


No deseo tu beso, no tus caricias ni nada que venga de vos. No siento esa electricidad que me recorría por entero, anhelando nuestro encuentro.


Me mirás preguntándome por qué no te respondo. Quizás porque estoy muerta por dentro. Quizás porque el tiempo borró todo lo que sentí. Tal vez porque no soy aquélla que te amó.


Ya no te quiero. Ya no te siento. Ya no me importa".


Imágen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

jueves, 8 de julio de 2021

Besos


 


Sentir su beso fue volar al paraíso. Que desaparezca el mundo alrededor. Estar solos, en una nube, flotando, sabiéndome segura en sus brazos.


Su beso fue el principio y el fin de todo. Fue saber que nada volvería a ser igual, que mi barco había encontrado su puerto.


Su beso fue un rayo partiéndome el alma en dos, pero uniendo todas mis partes a la vez. Fue sanar, fue creer, fue volver a sentir en mis venas todos los milagros.


Su beso fue esperanza, fue ternura, fue desafío. Su beso fue agua bendita, fue lluvia, fue mar que me arrastró hasta lo más profundo de mi misma.


Su beso fue veneno, fue droga, fue volverme adicta a su voz, a su aroma, a su calor. Fue puñal, atravesando todos mis sentidos.


Imágen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

sábado, 3 de julio de 2021

Risa



Él sabe que la piel se arruga. Que el cuerpo, poco a poco, dejará de ser esbelto. Que los años, con su huella, dejarán rastros imposibles de evitar.


Por eso la hace reír. Busca, hasta parecer tonto, eso que la haga estallar en una carcajada larga, sonora, fuerte, poderosa. Porque sabe que nada, ni el tiempo, podrá combatir su risa, el brillo de sus ojos cuando uno de esos chistes la hacen tentar.


Él sabe que la vida es inexorable y de repente todo puede terminar. Que el paso del tiempo es cruel, y todo lo que hoy tienen, puede desaparecer con la rapidez de un parpadeo.


Por eso, la hace reír, para guardarse en su alma cada uno de esos momentos en los que ella explota de risa, en los que su felicidad tiene la potencia de diez bombas atómicas. En los que juntos tienen el poder de la eternidad en sus manos.


Él sabe que estamos de paso. Por eso, cada vez que la hace reír, detiene el tiempo para grabar ese instante y resguardarlo del olvido.


Imágen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

miércoles, 2 de junio de 2021

Espera. (Margaritas).


 


Te deshojo. Mientras espero, me preguntó si hoy, mañana o cuando. Si el pasado puede corregirse o mejor esperar qué nos tiene reservado el futuro.


Estás, no estás, nunca estuviste, siempre vas a estar. Aunque no te vea, aunque no lo sepas, aunque ambos lo ignoremos, una palabra, un perfume, tu nombre, el mío, algo nos despierta la memoria y, de repente, sabemos que nunca nos olvidaremos del todo.


Te quiero, no me quieras, olvídame, te recuerdo. Camino queriendo abrir las puertas de un mundo en donde se pudiera elegir qué recordar, con qué emocionarse, qué seguir amando. 


Me ama, no me ama, poquito, mucho. No me importa. No te importa. Lo que sentimos es tan nuestro, que nadie ni nada tiene derecho a reprocharnos nada. Lo que vivimos es tan sagrado como el sol y la luna, como el mar y la arena, como la vida y la muerte. Están unidos, cerca, por más que nunca estén juntos.


Hola, adiós, hasta alguna vez, la que nos den, la que nos demos, hasta cuándo nuestras vidas hayan recorrido todos los caminos, todos los encuentros, todos los siglos. 


Hasta que la eternidad decida que es nuestro tiempo, que llegó la hora de nuestro amor. 


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

miércoles, 5 de mayo de 2021

Enamorada.


"A veces quiero gritar que te extraño con el alma. Que te busco en medio de todos los rostros que me cruzo en la calle. Que respiro profundo para ver si percibo tu perfume en medio de la multitud.

Pero no puedo decirle a nadie lo que hago, que aún espero ver tu número llamando en mí teléfono, que no sé por qué estúpida razón me niego a que dejes de estar en mí cabeza.

A veces quiero que nunca hubieses estado en mi vida. Quisiera no haberte conocido, que no te hubieras metido tanto en mis huesos... 

A veces me pregunto si voy a volver a amar alguna vez, si voy a dejar de tratar de encontrarte en otros hombres.

Y a veces solo quisiera olvidarme definitivamente de vos para siempre. Pero no fuiste un error, fuiste parte de mí historia.

A veces quiero llorar, pero no se me asoma ni una lágrima. Porque no es a vos a quien busco. Es a mí misma, enamorada".

Escrito en 2017, en un cuaderno personal.

Imágen propia.
©Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

domingo, 25 de abril de 2021

Rota...


 

Rota, con el alma herida, con las manos inertes. Con el dolor de haberlo perdido todo; de no tener la fuerza que me daba impulso; de sentir la casa vacía, sola, fría.


Rota, con el corazón en mil pedazos, buscando en cada rincón los trozos que no encuentro, para intentar armarme, para poder ponerme de pie.


Rota, sin saber a dónde ir; buscando una mano que me ayude a levantarme; mirando sin mirar, porque no veo los ojos que me guiaron siempre, que me iluminaron el camino.


Rota, absolutamente rota, aferrándome a algo que me sirva de faro, para poder orientarme. Perdida, buscando las voces que ya no están; en medio de un silencio atroz y ensordecedor.


Rota. Cuando más te necesito. Cuando solo pido tiempo para armar el rompecabezas en el que me convertí. Cuando solo necesito tu abrazo que me haga sentir que no estoy tan sola, ni tan rota. Te vas. 


Rota. No puedo volver a ser la de antes, porque en mi vida ocurrieron cosas que me rompieron en mil pedazos y ni siquiera voy a ser aquélla una vez rearmada. Porque se me van a ver siempre las cicatrices, las partes pegadas, el parche en el alma no se borra así, chasqueando los dedos.


Rota. Mirando por la ventana el camino que dejaste. Escuchando por milésima vez esas palabras que solo me rompieron un poco más. Sin remedio, por más que me levante, será transformada, renacida, nueva, distinta. 


Rota, pero decidida a ser yo misma.


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©Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

domingo, 11 de abril de 2021

Contacto (Crónicas del Coronavirus)


 


Apenas te conozco. En estos tiempos raros, ya no podemos saludarnos con el tímido beso en la mejilla. Una extraña energía hace que algo, muy dentro mío, despierte. Tal vez, el dolor que sentí, ya esté curado. Tal vez, vos, seas la oportunidad de volver a amar.


Pero no sé cómo acercarme. No sé cómo puedas acercarte. En el aire vuela un peligro, un miedo, una incógnita que no sabemos cuándo terminará.


Solo tu mirada y la mía que se cruzan por sobre el barbijo. Solo una sonrisa intuída a través de ese estorbo que no me deja imaginar la forma de tu boca. 


Solo una electricidad que brota cuando tu puño y el mío se chocan en un salud y dejan todas las preguntas revoloteando en el corazón.


Imágen tomada de la web

©Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

martes, 9 de marzo de 2021

Maldita Lambada



"Llorando se fue", suenan los acordes, el ritmo hace que los cuerpos se muevan, el alma se sacude y los recuerdos aparecen sin que nadie los haya llamado.


El que un día me hizo llorar, quien me entregó su amor, el que apretó su cuerpo junto al mío, el que me llevó al paraíso, quien me abrió las alas y me dejó volar por todos los rincones de su piel.


¿Llorando estará recordando el amor que no supo cuidar? ¿Recordará las noches y los días en que nuestras pieles eran una sola, en que nuestros ojos no necesitaban palabras para comprenderse, en que las manos hablaban un solo lenguaje?


El recuerdo irá con él, dónde esté, apenas suena la música sensual y atrevida, que un día nos invitó al amor, bailando horas y horas, olvidando que había un mundo alrededor.


El amor perdido encontrarás... Tal vez, un día, una mañana, deje de recordar la noche en que desperté en tus brazos, hipnotizada por tu aroma,  obnubilada por tu fuego, perdida por tu calor.


Llorando estará recordando este amor que un día no supo cuidar, que dejó ir como el agua entre los dedos, que pensó seguro y eterno, pero no soportó el dolor del olvido.


Llorando estará, pero yo ya no estaré pensando en su fuego, ya no temblaré ante su aroma, ya no esperaré su calor.


© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

https://youtu.be/iyLdoQGBchQ

sábado, 20 de febrero de 2021

La guardiana del mar.


 


Ella espera ahí, en las rocas, que venga entre las olas aquél que salió a navegar. Su mirada anhela encontrarse con los ojos que fueron a pescar ilusiones.


Expectante, observa la aparición de cada estrella que señala el rumbo hacia la costa. Y es la primera en saludar al sol por las mañanas. La luna es su amiga y su cómplice, la única que sabe el secreto que la envuelve.


Y se queda enfrentando los embates del mar, cuando las tormentas arrecian y golpean las piedras que delimitan la tierra de las aguas.


La mujer que aguarda vigilante en la costa, la que abraza por última vez a los hijos antes de zarpar.  La que llora en silencio si no vuelven. 


Ella, la guardiana del mar.


(Foto a quien corresponda)

©Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021

martes, 26 de enero de 2021

Tengo ganas.


 


Hoy amanecí con la nostalgia de tus dedos recorriendo mi espalda, de envolverme en tu abrazo al llegar a mi cintura, de apretarte a mi cuerpo y quedarnos dormidos en silencio.


Hoy tengo la nostalgia de perderme en tu mirada, de descubrir mil mundos en la luz de tus ojos, de sentir que no hay nada más allá de nosotros dos.


Hoy tengo ganas de perderme en la miel de tus labios, robarte uno a uno los besos que no nos hemos dado, de que tu boca y la mía se fundan en una sola, de que tus palabras sean calladas por mí sed de ti.


Hoy quiero olvidarme de todo, apretarme en tu pecho, fundirme en tu piel, perderme en tu aroma, mientras el mundo estalla en mil pedazos a nuestro alrededor.


Imagen tomada de la web

©Cristina Vañecek-Escritora 

Derechos Reservados 2021

viernes, 22 de enero de 2021

Cuentos repetidos


 "Contar, una y otra vez, la misma historia, es siempre contar otra historia. 


Porque cada relato nos hace más livianos; ante cada palabra, vamos dejando una piedra en el camino.


 Cuando volvemos a narrar eso que nos pasó por vigésima vez, aligeramos la carga que llevamos. Nuestros brazos van tomando vuelo de aves, de mariposas, hasta hacerse tan etéreos como una libélula.


Volver a transitar esa historia es encontrarle un recodo que no supimos ver cuándo hicimos el camino, es darnos cuenta de que esa persona que creímos que nos hizo tanto daño, el final nos estaba dejando una enorme lección sobre nosotros mismos, pero en ese momento, no éramos capaces de verlo.


Recordar es volver a pasar por el corazón situaciones que nos lastimaron, pero que a la vez nos hicieron las fuertes.


Cuando escuches una historia contada nuevamente, escúchala con atención, porque no estás escuchando la misma historia: es la parte que el narrador está descubriendo en ese momento".


Imagen propia

© Cristina Vañecek-Escritora

Derechos Reservados 2021

martes, 12 de enero de 2021

El santo


 El santo.


Las cosas le pasan. Él no las busca, simplemente se deja llevar por las circunstancias.


De vez en cuando, se descubren sus trampas y, para mantener su equilibrio, juega al pobrecito. Y acusa a sus víctimas de ser las responsables de lo que pasó.


Nunca asume que lo que hace está mal. Que hace daño a quienes lo rodean. Que rompe la confianza de quienes depositaron la suya en él. 


Y, muchas veces, cae parado, como los gatos, porque tiene la habilidad de dar vuelta las cosas de tal forma, que hasta terminan pidiéndole perdón...


Se hace el santo, pero es un manipulador absoluto.


¿Conoces alguno?


© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2021