domingo, 29 de enero de 2023

Ser feliz y dejar vivir.


 Hay gente que dice, con falsa humildad, que el día de su cumpleaños "es un día más, cómo cualquier otro", pero en el fondo se muere por recibir saludos, regalos y obsequios. 


Hay gente que se enoja porque otros suben fotos de sus viajes, de sus festejos, de la comida que disfrutan, del auto que se compraron y de cualquier cosa que muestre, y en algún lugar de su mente solo quiere hacer lo mismo, pero piensa que hacer eso es poco solidario con los que no pueden salir, festejar, comprarse ropa, vehículos o viajar.


Hay gente que de un día para el otro te bloquea, te deja de saludar, te ignora, te crítica y hasta te maltrata, solo porque vos estás haciendo la tuya, sin pedirle permiso a nadie.


Y hay gente que solamente quiere ser feliz, disfrutar con los suyos de los buenos momentos y compartir con los otros su felicidad por haber logrado hacer ese viaje, haber adquirido ese coche, o solo salir a un restaurante y asombrarse con la presentación del plato o del lugar. 


Hay gente que quiere compartir un momento de paz, una meta cumplida, un escalón subido hacia sus sueños. Y, yo creo, que esa gente es generosa. Porque nos muestra lugares a los que tal vez nunca podremos ir. Nos enseña que hay algo más allá de lo que conocemos. 


Son nuestros maestros en el arte de la tolerancia y el aprendizaje. Porque nos enseñan a dominar la envidia, el malhumor, la frustración y, creo también, que no hay nada más lindo en el mundo que ponerse feliz porque a alguien le va bien o llega a realizar sus sueños. Y, doblemente, si ese alguien es un perfecto desconocido.


Sean felices, disfruten de la vida. Suban todas las fotos que les parezcan para mostrar lo que quieran, lo que alcanzaron, lo que pudieron cumplir. No critiquen si ustedes no lo hacen, o no les gusta. Abran la mente y el corazón, porque están compartiendo algo muy íntimo con el mundo. Y, quizás, esa persona no tiene a nadie más para gritar a los cuatro vientos su alegría.


Soy de esas personas absurdas que se pone feliz cuando ve que a los demás les va bien!!!


Imagen propia


© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2023

martes, 24 de enero de 2023

Madurar.


 Hoy somos otros, distintos, lejanos de aquellos que fuimos hace cinco, diez, quince años. 


Hoy pensamos diferente, maduramos, crecimos y hasta hemos aprendido a no pelear batallas ajenas.


No somos los mismos cuando nos miramos en esas fotos, quizás con personas que la vida puso en nuestro camino para que aprendiéramos algo. Con suerte pudimos captar la lección y cambiamos.


Ya no somos esos que fuimos y sostener el personaje rebelde sin causa puede convertirnos en una marioneta patética de nosotros mismos. 


Si nos miramos en el espejo y nos damos cuenta de los cambios, es que crecimos y evolucionamos. 


Imagen tomada de la web 

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2018

sábado, 21 de enero de 2023

Mirando atrás.


 Mirando atrás. 


"Estoy mirando atrás y puedo ver mi vida entera, y se que estoy en paz pues la viví a mi manera."


Hay épocas en nuestra vida que de repente detenemos nuestra marcha y, al mirar hacia atrás, vemos cuánto hemos avanzado. Que cosas dejamos, quienes quedaron en algún recodo, momentos que en su momento vivimos como cruciales y hoy el tiempo los lavó con el manto del olvido.


Es como mirar un álbum de fotografías viejas y vernos de pequeños, con un rostro que tal vez nos cueste reconocer, con otro peinado, o en nuestra naciente adolescencia con una mirada desafiante que quizás hoy ya no tengamos 


Y de repente aparece una foto en particular, que sabíamos que iba surgir, con personajes que en su momento nos movilizaron fuertemente. Esa foto es fiel testigo de las tormentas que atravesamos, los dolores que sufrimos y un hito en nuestro camino.


Sin embargo, al verla ya no tiene esa fuerza que tanto le adjudicamos. Quienes la integran ya no están en nuestras vidas y por algún motivo, supimos que se traicionaron a sí mismos. Que no cumplieron sus propios sueños.


Y ya no sentimos el dolor o la rabia que en algún momento pensamos nos iba a matar. Ya no sentimos nada. Y sonreímos porque estamos eso paz. 


Entonces dejamos de buscar fotos. Cerramos el álbum y volvemos nuestra mirada al sendero que aún nos queda por recorrer.


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2016

jueves, 19 de enero de 2023

Telaraña.



Me enredo. De a poco siento que no puedo avanzar. Algo me detiene, como si se me pegoteara en todo el cuerpo. Si me muevo, me encierra más en eso que desconozco.


Quiero irme, pero no puedo. Tengo miedo, pero a la vez, siento coraje para luchar contra eso que parece una gelatina, que poco a poco me va abarcando por completo, y me inmoviliza.


Lucho con todas mis fuerzas por salir, sin embargo, eso es más fuerte o más hábil que yo. Cansada, me detengo un instante y ahí, veo algo que se me acerca, que me estaba acechando, y yo no me daba cuenta.


Necesito huir, pero algo superior a mí me impide hacerlo. Ya siento el cansancio por el esfuerzo realizado para despegarme de lo que me capturó, y me está volviendo vulnerable.


Siento que me duermo, y me doy cuenta de que caí en una trampa mortal, de que tardé demasiado en advertir las señales, de que lo que tanto me atrajo, ahora me da pánico.


Ya lo distingo. Ya se quien es. Me doy cuenta de que mi último aliento se me escapa en manos de ese ser del que menos hubiera desconfiado. Que entré por mi propia voluntad en esta telaraña mortal y que no supe ni pude escapar a tiempo. 


Imagen tomada de la web


© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2023.

sábado, 14 de enero de 2023

Averno y Paraíso.


"El Paraíso y el Averno son como esas discos exclusivas, que para ingresar te exigen una entrada con código de barras y sello de autenticidad.


 La fila de Averno es mucho más corta que la de Paraíso, ya que hay mucha gente que desea entrar a éste pensando que es buena y no debe hacer nada en particular para lograrlo. 


Además,  hay muchos vendedores de entradas en la reventa, y encima entregan tickets falsos, a personas que estan convencidas de que con eso alcanza para lograr ingresar a Paraíso.


 Y, cuando llegan a la puerta, el personal de seguridad  las escanea con sus ojos, y los manda a Averno de un soplido. Se preguntan qué hicieron, si ellos tenían la entrada...comprada. 


Y la entrada hay que ganarla. También habemos los que estamos en el medio, mirando como van y vienen de un lado al otro, esperando nuestro momento, intentando hacer las cosas lo mejor posible,  sólo viviendo.


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2018






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martes, 10 de enero de 2023

Que ves...


 ¿Qué ves cuando me ves? Aprendimos que la belleza es un canon, una serie de medidas y formas que, si miramos obras de arte históricas,  han ido variando a lo largo del tiempo y cambian según la mirada del artista.


Botero se hizo famoso por sus "gordas" y ante uno de sus cuadros a ninguno se nos ocurriría fijarnos en los rollos, la celulitis,  el color de piel. Nos fijamos en qué nos transmite el cuadro y agradecemos la elegancia de sus formas. 


"Las tres gracias" ha sido uno de los cuadros que más artistas han pintado, sin embargo mi memoria tiene un referente maximo: Rubens. Sus mujeres son normales, modelos de lo que en esa época se consideraba "bello". Si hoy un pintor pidiera tres mujeres para reflejar las "gracias" femeninas, difícilmente sus modelos se parecerían a las que usó Rubens para inspirarse.


Decimos como un karma que la verdadera belleza es interior, sin embargo pocos son los diseñadores que vistes a mujeres "bellas por dentro", haciendo a un lado su aspecto físico. Muchas mujeres que conozco, ante un anuncio solicitando modelo para posar, descartarían la idea inmediatamente, no por considera descabellada, sino porque ellas mismas no se ven "bellas", con esa belleza ideal que la moda o las editoriales han impuesto. 


Nos burlamos de la que se viste mal, de la que usa anteojos, de la que tiene varios kilos de más y quizás nos sorprenderíamos si estas mujeres a las que descalificamos como "feas" tuvieran acceso a los mismo recursos que cualquier top model internacional. Maquillajes, vestimenta, accesorios y algunos buenos consejos sobre cómo caminar y moverse harían milagros con la más tosca de las mujeres.


La belleza está mucho más allá de todo retoque, trapo o lo que fuera que usemos para vernos mejor. Pero vivimos en una sociedad que se deja llevar por los envases sin conocer lo que se estos contienen. 


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2017

domingo, 8 de enero de 2023

Cuentan.



Cuentan que la vida lo engañó. Que un día el amor se le escapó. Y cuentan que no espera nada, nada ya.


Cuentan que un suspiro del viento se transformó en ella y la llevo del tiempo. Cuentan que la espera y que la llama.


Cuentan que él mira hacia el cielo y le pregunta a Dios por qué se la llevó, si en su vientre crecía un sueño, por qué se la robó.


Y cuentan que un día de verano, le llevó una flor y le dijo "te amo". Cuentan que nunca nadie más lo vio.

Cuentan que con ella se marchó.


Imagen tomada de la web.


© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2023/circa 1990

jueves, 5 de enero de 2023

Vorágine.


 


Todos los días nos sumergimos en una vorágine, en la que no nos damos cuenta que estamos. Nos levantamos sobre la hora, apenas tomamos algo y salimos disparados al trabajo/escuela. Corremos para no perder el colectivo, ni llegar tarde, cosa que irremediablemente sucede. De arrebato, engullimos un café recalentado y alguna medialuna que nos termina cayendo pesada, para meternos en nuestras tareas cotidianas.


Nos exigen que seamos los mejores, los más audaces. Nos ponen objetivos inalcanzables y nos dicen que somos mediocres por no llegar, cuando dejamos el alma en la tarea diaria. Nuestras explicaciones son excusas, porque lo que se buscan son resultados. Nos venden que tenemos que tomarnos cinco minutos, pero para demostrar que somos unos "winners", esos cinco minutos son una pérdida irremediable de tiempo...y el tiempo es oro.


Nuestros hijos tienen doble escolaridad. Saben computación, inglés, taekwondo, rugby y hockey. Van a la escuelita de fútbol, a danzas árabes, a la clase de regaeton. A los diez años ya nos dicen que no nos metamos en sus vidas y eligen desde el menú hasta las vacaciones familiares. Las nenas sueñan con ser la artista/cantante/modelo de turno, porque eso es lo que genera plata, y tienen que ser flacas. Los nenes sueñan con ser el crack de fútbol/tenis/basquet porque eso es lo que genera plata y tienen que entrenar.


Cuando llegamos a nuestras casas nadie casi coincide. El padre se quedó haciendo horas extras para poder pagar las zapatillas, el viaje de egresados, lo que se haga para los 15 años. La madre sale corriendo y hace las compras a las apuradas. Los chicos entran y salen y tal vez comen en la casa de algún amigo.


Cuando se juntan, el padre mira la tele, mientras la madre cocina, mientras el hijo juega en la play,  mientras la hija envía mensajes  por el celular. Y los domingos, los chicos vuelven a su casa de madrugada, porque salieron del boliche "fisurados", y para no molestarlos, los dejan dormir. El padre mira el fútbol, la madre prepara un trabajo en la computadora. A la hora de la cena, apenas hablan, porque los chicos tienen dolor de cabeza y apenas pueden articular palabra.


Los abuelos viven lejos. Bah, no tanto, pero a ellos les gusta charlar y tienen otros tiempos, menos acelerados. La semana que viene se los visitará. Y la semana que viene, se postergará para la que viene, y así sucesivamente, hasta que sea tarde.


Como dijo alguien, nos perdemos el paisaje. No vemos lo que nos rodea, no nos detenemos a pensar que mañana la vida se nos puede dar vuelta y no dimos un último beso a la persona que más amamos. La vorágine nos devora y, lo peor, que cuando nos escupe, nos damos cuenta de que estamos solos y vacíos. Y de que nos perdimos de lo más importante: la vida.


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2019

lunes, 2 de enero de 2023

Esperando la carroza 3.0




(Hecho verídico, ocurrido hace algunos años)


Yo sé que en el fondo es trágico...y que una familia perdió a un ser querido. Pero con mi hermano no me queda otra que sentirme así.


Desde el 31 que supimos sobre la muerte del compañero de trabajo, estuve intentando que averiguara dónde lo velaban, a qué hora, para al menos ir a saludar a la viuda, que sienta un abrazo solidario y acompañar a la familia un rato en ese momento tan desolador.


Segun mi hermano, hasta que el fiscal no firmara los papeles, no se entregaba el cuerpo a la familia para que pudieran velarlo. Y eso no teníamos la menor idea sobre cuándo ocurriría, ya que tanto el 31 de diciembre por la tarde como el Primero de enero eran feriados, más allá de que hubiera alguna guardia o turno.


Ayer por la mañana, día 2, Marcelo sólo sabía que lo velaban en la ÚNICA (recuerden ese dato... ÚNICA) sala funeraria que existe en la localidad de Batán. Durante todo el día le preguntamos si había averiguado algo, a lo que él respondía que su supervisor no le había aún no le había informado nada.


00.59 de la madrugada, ya del día 3, suena un mensaje de texto. Imaginen que en mitad de la noche y profundamente dormida, tiene el mismo efecto que diez bombas atómicas, más un par de terremotos y hasta algún que otro huracán. Era de mi hermano que decía "el cuerpo de X fue trasladado a las 19 a la sala velatoria"...Ajá, sólo eso y nada más. 


Con el sueño interrumpido y sin ninguna otra información ni pedido de parte de  mi hermano, intenté seguir durmiendo, sin lograrlo...tenía frio, tenía calor, se me acalambraba un brazo, sentía hormigueos en el otro, me tapaba, me destabapa.


Así, durmiendo mal, sonó el despertador a las seis de la mañana para ir a trabajar. Mientras tomaba unos mates con  mamá, aparece mi hermano y apoyando ambos brazos sobre el respaldar de la silla y mucha cara de compungido me pregunta...no,  en realidad no me pregunta ...me dice "me llevás?". Lo miré con cara ¿de qué me estás hablando? y le dije "yo voy para el lado de Constitución y querés que te lleve a Batán, cuando ni siquiera sabés si la sala está abierta?" (recuerden que algunas salas cierran unas horas en la noche, y reabren la capilla ardiente por la mañana)..."Yo tengo que ir a trabajar!"


(A todo esto, a una cuadra de mi casa, pasa el colectivo que va hacia Batán)


Puso cara de esa parte del organismo a donde no da el sol...a menos que vayan a una playa nudista, y se fue refunfuñando contra esta hermana poco solidaria... A todo esto, la esposa de un conocido del chico a quien tenía de contacto en redes sociales, me había pedido que le informara sobre el lugar y horario del sepelio para ir a consolar al a familia...Información que fue cambiando en el transcurso de la mañana.


A eso de las 9 le pregunté a Marcelo si sabía algo o había ido y su respuesta fue "como querés que vaya si no tengo la dirección"...¿Recuerdan que más arriba les pedí que tuvieran en cuenta que en Batán hay UNA SOLA SALA VELATORIA, por cuya puerta pasa el UNICO COLECTIVO QUE VA HACIA ESA LOCALIDAD, y que pasa A UNA CUADRA DE MI CASA? Bien...al señor no se le ocurrió caminar esa cuadra, pedirle al chofer que le avisara en la sala velatoria, y saludar a la familia de SU compañero de trabajo por el que estuvo con cara de catástrofe dos días!! Y encima casi que la culpable de eso terminé siendo yo!!!


En fin...como a las 11 me envío un mensaje diciéndome que el velatorio comenzaría a partir de las 12 horas y que duraría todo el día, dando a entender que recién lo llevarían al cementerio mañana domingo. Así se lo comuniqué a la mujer del otro compañero.


Cuando llegué a casa, y hablando con mi madre,  me pidió de ir, ya que él no logro hacerlo y saludar a esa pobre mujer (que en realidad es la única víctima de todo esto). Pedí descansar un poco, y luego de una hora nos dirigimos hacia el velatorio.


Al llegar a Batán...te topás con la UNICA sala funeraria de esa localidad. Entramos...y no vimos a nadie...las dos capillas ardientes (afortunadamente para nosotras y para cualquiera) estaban vacías...sólo volaban unas moscas y ni muertos había. Salimos para consultar en la oficina, golpee la puerta y nadie respondió. Llegó una traffic blanca de la que bajó un hombre y al acercarse nos dijo "ahí viene Juan". Lo miré con cara de ¿y quién corno es Juan?...imaginando que algo tenía que ver con la sala mortuoria...


El tal Juan bajó de su coche, se acercó a nosotras y le consulté sobre el funeral y me respondió "ah...pero a ese chico ya lo llevamos al cementerio a las 12 del mediodía"...


Me imaginé la situación de haber habido un velatorio, saludando a un montón de gente que no conocía (porque en realidad no conocemos a nadie) hablando sobre "pobrecito el muerto", "que tragedia, que tragedia" y recordé el episodio cuando en Esperando la Carroza descubren que estaban velando a la muerta equivocada!


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2016-2023