sábado, 10 de diciembre de 2016

Novela.

Les dejo fragmentos de la novela que estoy escribiendo, fue un proceso muy largo y muy corto a la vez. Espero pronto poder contarles que ya está editada en un libro. Gracias!







Las temidas.


A ellas les temen. No se les acercan porque su rechazo o su amor puede ser letal. Letal en el sentido de exclusivo, único, exigente. Un amor que no permite caídas, que no perdona desvíos. 

A ellas les temen porque debieron hacerse fuertes, y casi nadie sabe como cuidar a una mujer que sabe protegerse a sí misma. Que tuvo que aprender a nadar entre tiburones, que cada mañana debe salir a enfrentarse con sus miedos, con sus sombras, con sus pecados. Una mujer que cada noche debe redimirse ante sí misma, confesarse frente a su espejo, y perdonarse cada error cometido.

A ellas les temen porque tuvieron que aprender a tomar decisiones, a definir situaciones, a no preguntar ni consultar con nadie que debe hacer, a donde ir ni que comprar. Tuvieron que vencer todos los prejuicios y torcer brazos, cambiar rumbos, modificar rutas por el simple hecho que nadie más estaba ahí para preguntar, para dar su opinión, para compartir la responsabilidad.

A ellas les temen porque se hicieron cargo de sus vidas, porque salieron a la calle con su grito de guerra clavado en las entrañas, porque ellas no podían ni querían darle lo mejor de sus vidas a quien no fuese digno de ellas.

A ellas les temen porque desconocen qué se esconde en lo más profundo de sus corazones, porque ignoran cuales son sus sueños más preciados, porque temen no poder responder a sus exigencias. Ellas, que se mueren por amar, que entregaron incondicionalmente su alma y su cuerpo, que se equivocaron y volvieron a empezar. Ellas, que saben lo que quieren y a donde quieren ir, les dicen las temidas.

Somos el milagro.

Estamos tan acostumbrados a lo que tenemos que pensamos que siempre va a estar ahí, a nuestro servicio. Creemos que todo en la vida es estático y fijo...y no, en la vida todo fluye y de un día para el otro el mundo se nos da vuelta, quitándonos eso que, pensábamos, nos pertenecía por derecho.

Y no, nada nos pertenece, nada es fijo e inmóvil, nada se queda eternamente con nosotros. Ni personas, ni objetos, ni siquiera nuestro propio cuerpo. De repente un día la vida nos sorprende con una lección inesperada, y nos vemos agradeciendo el simple hecho de estar vivos, de respirar, de abrir los ojos, de poder hablar.

Y debemos volver a aprender. A mirar el mundo de una forma nueva y diferente. A que nuestro entorno se modifica y debemos modificanos nosotros mismos. Aunque no queramos. Porque la vida no nos dio otra opción.

Si estas leyendo esto, si pudiste abrir los ojos, es por el inadvertido hecho de inhalar y exhalar oxígeno en nuestros pulmones, algo tan sencillo y milagroso.

Somos un milagro. Somos una maravilla. Y muchas veces no nos damos cuenta.

Te escribo a vos.

Hoy te escribo a vos, porque debo reconocer que has sido más fuerte de lo que pensaba. Porque nunca te dije que, mirando hacia atrás, hiciste cosas que jamás hubiera creído posibles.

Sos una sobreviviente, has renacido en más de una oportunidad, intentaron vencerte, herirte, y a pesar de todo, seguiste soñando. Peleando por tus sueños. Enfrentaste a tus miedos y tuviste que aprender que mirarlos de frente y atravesarlos es la única forma de vivir.

Sufriste como cualquier otra mujer, como tantas otras personas en el mundo, como cualquiera y como nadie. Porque tu dolor fue tuyo y solo vos podías aceptar el proceso de curación, largo y complejo. 

Porque cerrar una herida no es coserla y olvidar. Es curarla desde lo más profundo, sacarle toda la infección, que se reconstruyan los tejidos, reales y emocionales, para que nazca una piel y un alma nuevas.

Te escribo porque te lo debo, porque me enojé mucho con vos cada vez que tropezaste, porque te exigía alcanzar un sueño que no era para vos, porque tenía la urgencia de encontrar algo que todos llaman felicidad, pero no me daba cuenta de que sólo buscaba responder a un mandato. Y la felicidad la tengo todos los días, en mí misma, conmigo.

Te debo este escrito porque cada día aprendo un poco más de mi misma. Te lo debo porque tuve que descubrirte para descubrirme, para abrirme, para pisar fuerte, porque tuve que levantarme cada vez que te caíste para poder seguir adelante.

Si hoy sonrió es porque vos lloraste, si hoy camino es porque vos te caíste, si hoy tengo cicatrices es porque vos tuviste la paciencia de cerrarlas. Si hoy soy feliz es porque vos me mostraste la enseñanza en cada experiencia vivida.

Buscar la felicidad.

Nos pasamos la vida buscando la felicidad y resulta que siempre está ahí, al lado nuestro, en pequeñas cosas que tal vez no disfrutamos porque esperamos algo más grande, algo más importante, creemos que tiene que pasar algo sorprendente para ser felices.

Hasta que un buen día te das cuenta de que "eso" es mucho más sencillo, que ser felices depende de uno mismo, de aprender a disfrutar ahora, este momento, en que vos me lees, en que yo te escribo. Es valorar el clima que nos toca, porque la lluvia y el frío hacen falta para que las flores y los frutos sean más fuertes, más sabrosos. 

Sentir que amamos lo que tenemos, que lo que no nos falta nada más, que somos seres completos y vibrar en sintonía con el universo. Saber que por el simple hecho de estar vivos ya somos felices, y todo lo que venga de ahora en más es sumar a nuestra plenitud. Ser feliz es valorar y valorarse

Testamento y última voluntad.

Yo, Cristina Vañecek, dni Xx.Xxx.xxx, en ¿pleno uso de mis facultades mentales?, soltera, sin herederos reconocidos, dejó escrita mi última voluntad para que se cumpla al pie de la letra:

*Como no tengo herederos reconocidos, pienso deshacerme de todos los bienes que tenga, vivir los últimos días de mi vida "como si fuera el ultimo día de mi vida".

*Irme sin hacer ruido. En silencio, sin que nadie se de cuenta, en medio de las risas, la música, el disfrute.

*Si llegaran a velarme, que sea a cajón cerrado (soy donante de organos y no se como quedaré después de la ablación). En donde van las coronas quiero gigantografias de mis mejores fotos, en mis momentos más plenos, lo que estará en el ataúd no seré yo.

*Pongan música. Festejen. Recuerden mis chistes, mis disparates, si alguna vez hice alguna cosa buena por ustedes, sepan que les agradezco que me hayan dado la oportunidad de ayudarlos o escucharlos, o leerlos...porque en esa oportunidad fueron ustedes los que me ayudaron a mi!

*En lo posible, no quiero ataúd. Y no quiero entierro, quiero que me lleven a alta mar y allí ser arrojada al océano, para retornar al lugar en donde se originó la vida. (Si no queda otra que la cremación...y bue...tiren las cenizas.)

*Eso que ya no tendrá vida, no seré yo, no lo conserven, el cuerpo se corrompe, pero el recuerdo siempre estará vivo.

*Recuérdenme, ustedes serán los únicos testigos de mi existencia. Ustedes y mis hijos escritos, que espero vuelen muy lejos y logren acariciar algún alma, que necesite encontrar en mis palabras contención, consuelo, complicidad, empatía. Ojala logre hacerles reír, emocionarse, pensar.

El alma, el espíritu jamás muere mientras alguien los recuerde. No importa nada mas. Los restos no se alaban, no se adoran, no se les rinde culto. Nada es mas sagrado que la huella que dejamos en la vida de los otros.

Te dicen...

Te dicen "así no vas a enganchar a nadie". Te dicen "tenes demasiadas pretensiones". Te dicen "con esa forma de ser, los tipos salen corriendo, tenes que hacer que no sabes tanto, a ellos no les gusta"...

Te dicen...y te hablan como si la vida de cada persona tuviera que regirse por un padrón específico, una orden a la que hay que obedecer: ponerse de novios, casarse, hacer fiesta, tener hijos, bancarse con una sonrisa situaciones que en otras circunstancias jamás se habrían pasado por alto.

Te dicen que para cumplir con esa norma no tenes que ser vos, que no muestres tu carácter, que finjas que sos otra persona, así "enganchás y te casás". Te dicen que no muestres hasta haber firmado tu carácter para que la víctima no salga huyendo a los brazos de otra persona.

Te dicen que para amar o conseguir amor hay que mentir. Te dicen que hay que engañar a la persona que va a acompañarte toda la vida. Te dicen que mientas para no quedarte sola.

Hasta que un día ti verdadero yo sale a la luz a gritos y esa persona a la que engañaste, con quien fingiste ser otra persona te mira desconociéndote, preguntando que fue lo que te hizo cambiar tanto.

La frustración les gana a ambos. La relación se vuelve corrosiva porque durante mucho tiempo escondiste quien vos eras en realidad. Ninguno de los dos tiene lo que buscó, lo que soñó. Una vez descubierta la mentira, la verdad duele el doble. Uno por sentirse engañado, el otro por haberse mostrado como no era.
El amor debe encontrarte puro, pleno, siendo vos mismo, y si nadie se atreve a amarte, no tengas miedo, la soledad siempre es mejor que la hipocresía!

Qué hago cuando miro al cielo.

Pongo mi mente en blanco y busco sentir los sonidos que el silencio me acerca. El canto del viento entre las hojas de los árboles, el aleteo de las aves, sus llamados.

Huelo profundamente los aromas de la tierra húmeda, de la hierba, las delicias que me regalan las flores, mientras la nada misma (o el todo mismo) me invaden.

Cuando miro al cielo es mi momento de meditación, de parar la pelota y que el mundo se detenga a mi alrededor durante unos instantes. El tiempo necesario para vaciarme de todo, y volverme a llenar, de sacar lo que viene pesando en el alma y la mente y de embeberme de cierta inocencia natural.

Cuando miro al cielo agradezco profundamente estar viva, poder sentir, saber que existo y que seguramente la eternidad se parece mucho a ese momento en que miro al cielo y soy una con el universo.

Gracias.

Y un buen día despertás sintiendo la fragancia de la paz. Que a tu alma llegó la quietud, luego de hacerte muchas preguntas. Hasta que, de a poco, la vida te fue dando algunas respuestas.

Sentís la luz del sol acariciando tu rostro, abrís las ventanas de par en par, respirás profundo y ya nada duele. Y te sorprende que sea así, de repente.

Solo que no fue de repente, fue un proceso, largo, en donde debiste quedarte curando tus heridas, una a una, evitando exponerlas a que alguien las vuelva a abrir. Tuviste que saber esperar, darte un respiro, para tener las fuerzas necesarias y volver a abrir las alas y poder volar!

Y cuando mirás hacia atrás te das cuenta de que todo formaba parte de un plan perfecto, que va más allá de tu comprensión y que vos lograste tu libertad. Que ahora, después de tanto y de todo, tu alma brilla de nuevo y disfrutas de la luz, de la brisa, de la fragancia de las flores.

La vida es una gran maestra, que se encarga de repetirte la lección las veces que sea y de todas las formas posibles, para que aprendas tu lección. Gracias a la vida...que me ha dado tanto...y gracias a la vida por lo que me quitó, porque no debía estar en mi camino.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Mientras tanto...cuídate.



Mientras se hacen marchas por Lucías, por Marías, por Jazmines, por Wandas y por tantos nombres más...cuídate.

Porque mientras se reclama, muchas mujeres siguen desprotegidas al lado de alguien que las maltrata.

Porque más allá de los logros que se obtengan, nunca vas a saber si el tipo que conociste es una buena persona o un loquito, que un día va a atacarte sin que vos entiendas nada.

Mientras tanto, mirá a tu alrededor. Fíjate en gestos, en actitudes. Mientras tanto hacele caso a tu sexto sentido y si te da alguna alerta, abrí más los ojos.

Mientras tanto, cuídate y si vas a salir con alguien, avisale a una amiga, a tu hermana, a tu vieja si tenes la confianza suficiente. Protegete porque las leyes tardan en llegar, porque el patrullero puede estar lejos y vos podes no tener acceso a tu teléfono.

Mientras tanto, pásalo bien, pero se inteligente, dejá huellas, un rastro, que te sepan contenida, cuidada, que piensen dos veces antes de hacerte algo.

Mientras tanto...aprendé defensa personal, técnicas para repeler un ataque, descubrí el poder de tus rodillas, de tus codos, de tus dientes, del mas poderoso grito que salga de tu garganta.

Mientras tanto...alejate del tipo que te bardea, del que te clava el visto, del que te llama cuando se le canta y cuando se le calienta. Huí del que te humilla como broma delante de sus amigos y te trata de amarga u ortiva porque la bromita no te hace gracia.

Mientras tanto, salí corriendo si te levanta la mano, si te lastimó, si te obligó a hacer algo que no te gusta, si sentís que te degrada, que te falta el respeto, si te amenaza.

Mientras tanto, salvate. Porque hay situaciones en las que sólo vos vas a poder defenderte, solo vos vas a poder huir, solo vos vas a tener que rescatarte...porque las leyes, las órdenes de restricción, las marchas de nada van a servir si volvés con el que te agrede, con quien ya te maltrató y te juró que nunca más lo hará, que esa fue la última vez, que vos lo ponés así y sos la culpable de sus reacciones. Ahí no hay ni una menos,ni para que no te pase, ni nada que le impida hacer lo mismo, o hacer algo peor.

Crea un círculo de confianza, contales tus pasos, protegete. Se tú propia guardiana...mientras creamos una generación de hombres menos violentos, más respetuosos. Y esto también va para vos, pibe, porque no estás exento de encontrarte con alguien dispuesto a robarte tus sueños y tu vida.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Septiembre y yo



No es un mes fácil para mi. Durante muchos años, Septiembre fue un mes al que me hubiera gustado borrar del almanaque. Un mes que bien podría saltearse, e ir directamente al mes siguiente, dividiendo esos 30 días equitativamente entre Agosto y Octubre.

Es el mes en que cumplía años mi padre. Y en mi infancia y adolescencia, tras su partida, al llegar este mes, sentía mucho enojo, mucha ira...especialmente el famoso 21, el mismo día en que llega la primavera, mientras todos salían de picnic a celebrar, yo me encerraba enojada porque ese día no quería festejar nada. No entendía qué había que celebrar.

Los años,  la vida, me fueron enseñado que ese enojo me perjudicaba principalmente a mi. Fui trabajándolo,  para no enfermar, para salir de ese encierro en el que me había autoaislado.

Fue un sábado de Septiembre, un sábado en el que particularmente mi pequeña familia estaba junta, riéndonos, con una calma peculiar, que sonó el teléfono para comunicar que él ya no estaba más. Lo que hizo que Septiembre fuera nuevamente un mes en donde muchas cosas del pasado reflotaran, se volvieran a discutir, sentimientos encontrados a los que había que encauzar.

Hablé con su fantasma. Escribí la carta que me mostró cuantos hijos lastimados por padres ausentes existen, me pidieron consejos, me contaron sus historias, muchas veces más dolorosas y tristes que la mía, me enseñaron a correrme de mi misma y mirarme desde otro lugar.

Fue un 21 de septiembre en 2012 que hablé con su espíritu y le propuse como señal de paz y tregua un regalo. Quería cambiarle la onda, que fuera un día para celebrar... El regalo llegó en forma de conocido. Del que quise escapar. Del que me escondí. Pero no podemos huir de lo que está escrito.

Los dos temas musicales que había pensado concederle como gracia mientras buscaba la excusa para espantar lo duraron dos años. Dos años en los que amé, en los que disfruté,  en los que di sin esperar, ni pedir nada.

Otra vez Septiembre hacia de las suyas conmigo. Y aprendí, y me dolió,  y me enojé, y volví a meterme hacia adentro, pero el enojo era conmigo misma, porque no quería meterme para adentro, no quería encerrarme otra vez...quería recuperar a la que había logrado ser.

Otra vez llega Septiembre, y quiero amigarme con este mes y que sepa que ya me gusta, que quiero que llegue el 21 y celebrar la primavera, que no importan los eventos del pasado. Que ya no queda tiempo para enojos, que logré salir del encierro. Que el tiempo cura todo, más cuando aprendemos que nosotros somos los artífices de nuestro destino.

martes, 16 de agosto de 2016

Ondas expansivas.



Algunas personas actúan sin saber que cada hecho tiene una consecuencia. Y que esas consecuencias ocurren en el momento menos pensado. Las ondas expansivas de nuestras vidas alteran todo a nuestro alrededor.

Como cuando se arroja una piedra en un lago, cada círculo de la onda altera un espacio cada vez más lejano del centro en donde comenzó todo. Y los seres humanos muchas veces, cuando menos queremos herir a los que decimos amar, más daño les hacemos. Porque tememos las consecuencias de la verdad, ocultamos nuestros sentimientos, negamos situaciones y callamos lo que necesitamos gritar a los cuatro vientos.

Pero nos quedamos ahí, en silencio,  sin decir ni hacer nada. Como si cada día alguien nos robase algo de la casa que construimos. Un día es una teja del techo, otro día un ladrillo de una pared, otro alguna canilla...hasta que llega un momento en que todo se derrumba sobre nosotros y sobre los que decimos amar.

Y decimos amarlos por costumbre,  por convención, porque tememos a eso nuevo que nos atrae, su misterio nos acerca pero a la vez nos mantenemos a cierta prudencial distancia, para no hundirnos en eso tan desconocido que quizás nos envuelva para siempre y debamos renunciar a todo eso que construimos y, sin darnos cuenta, fuimos perdiendo.

La onda expansiva afecta a todo lo que nos rodea, hagamos o no eso que deseamos. Solo la honestidad evita que lastimemos a esos que decimos amar. Solo la sinceridad con uno mismo es lo que evita que cada día desaparezca algo de nuestro entorno.

domingo, 31 de julio de 2016

Alas.



Alguna vez amé de tal forma que creí que jamás volvería a sentir algo así. Creí que era definitivo, que sería la persona que me acompañaría en este camino hasta la respuesta final.

Tuve la fe de los fanáticos, la ceguera de los necios, la obstinación de quienes deciden no escuchar las señales que nos advierten a los gritos del peligro.

El paso siguiente fue caer a un abismo profundo y doloroso. Del que me costó salir porque la realidad estaba ahí,  al alcance de mi mano y fui yo quien no quiso tenerla en cuenta. Duele más la propia traición que la del otro, lastima más el haberse negado a reconocer los llamados de atención que la falta de sinceridad en la persona que hemos elegido.

Hasta que un buen día nos enamoramos de nosotros mismos. Y decidimos dejar la vida por amor a otro y elegimos quedarnos a vivir nuestra historia de reconstrucción personal. Decidimos amarnos para rescatarnos del abismo y nos creamos alas en el alma para volver a la superficie.

Y volamos, livianos, audaces, simples, sabiendo que la eternidad es este minuto que estamos respirando.

domingo, 24 de julio de 2016

Romper moldes.

"Poco a poco se van rompiendo moldes, estructuras, se va saliendo de la cueva, en donde nos lamimos las heridas, nos curamos el alma, nos recuperamos de todo el torbellino que nos atravesó y volvemos a enfrentarnos al mundo.

Nuevos, liberados, más sabios, más bravos, más maduros, tal vez menos inocentes. Pero dejar el alma en reposo mientras está revuelta, hasta que se calme, hasta que se pueda ver nuevamente a través de ella, hasta que se vuelva transparente otra vez, nos hace puros a nuestros propios ojos.


Atravesar un desierto, cruzando nuestros miedos, nuestros dolores, reconociendo nuestras iras, caminando en medio de las tempestades que se desatan en nuestro interior, nos vuelve mejores hacia nosotros mismos.


La felicidad, ese bien tan deseado, tan anhelado, que nos venden que sólo los obtendremos al lado de otra persona, sólo está en nostros, adentro nuestro, en el fondo de nuestra mirada. Sólo hay que atreverse a mirarse uno mismo en el espejo, confesarse a ese ser que nació con nosotros y nos acompañará hasta el último suspiro, y volver a empezar".

jueves, 21 de julio de 2016

Ser Supremo.



Está en mi, dentro mio, conmigo. Me acompaña en cada paso que doy, cuando despierto por la mañana, al salir, en la calle, me protege.

Por la noche, se recuesta a mi lado, me arropa, me abriga, me abraza, y hablo con él, le cuento mis cosas.

El me escucha, y en silencio me responde. Me dice todas las palabras que necesito, me muestra mis errores, me tira de una cuerda imaginaria y me devuelve  a tierra, me hace bajar todas las revoluciones. Me marca qué es lo que está mal, me muestra el camino.

Tiene muchos nombres, y cada persona lo conoce de una forma distinta, lo siente de maneras diferentes, se comunica con él como mejor le parezca o le hayan enseñado sus mayores o sus costumbres. Para mi,  es el ser supremo, la energía universal que hace que el mundo evolucione, la luz, el calor, la vida.

martes, 19 de julio de 2016

Alguna vez.

"Alguna vez quisiera poder decirte gracias...a vos que un día, con una pregunta, sacudiste mis estructuras y me sacaste de el ensimismamiento que tenía. A vos, que con un sólo gesto me hiciste notar que me estaba olvidando de mirar a mi alrededor por desmenuzar y comprender algo que ya no tenía nada nutritivo para darme.

Alguna vez quisiera animarme y decirte gracias, sin que se malinterprete mi acto y sin que me hicieras preguntas, simplemente porque ese día tan frío de julio, sin que lo supieras, me ayudaste a ver una luz dentro del tunel en el que estaba metida.

Alguna vez te diré gracias, y me iré caminando, sonriente, porque pateaste el tablero en donde mis piezas de ajedrez habían hecho jaque mate y yo me había quedado perdida mirando cómo había sucedido.

Sé que te diré gracias, porque me movilizaste, me hiciste caminar, mirar a mi alrededor y volver a empezar. Todo eso sin que vos lo supieras, sin que supieras la necesidad que tenía en ese momento de que alguien me hiciera caer en la cuenta del tiempo perdido que llevaba mirando hacia un punto fijo y lejano.

Gracias, por hacerme volver a ser yo misma.".

Soy.

"Soy esta que ves, la que se tuvo que ir construyendo a lo largo de su vida, la que se cayó tantas veces, y otras más se levantó, La que siguió caminando con los pies lastimados, con las manos vacías, con el alma seca.

Soy la que se rompió en mil pedazos, la que con paciencia tuvo que reconstruirse más de una vez, con las cicatrices de tantas batallas libradas.

Soy la que sueña, la que sigue una estrella y luego se choca con el mundo entero para alcanzarla. Soy esta que no tuvo alternativas, que no tuvo opciones. La que un día se puso una armadura para enfrentar a su ejercito de demonios.

Soy la que de un golpe aprendió que la vida tenía algo más, algo que se estaba pasando de largo, la que se tuvo que sentar a mirar por qué y para qué. Soy la que decidió vivir, sentir, amar, compartir, acompañar, apostar aun a riesgo de perder.

Soy la que está de pie para ser libre, soy la que sueña y la que escribe su propio destino.!

Aqui estoy.

"Aquí estoy, de pie, habiéndome levantado de tantas caídas, tras lastimarme las rodillas, las manos, de haberme sacudido el polvo de tantos caminos por los que rodé.

Aquí estoy y sigo mi rumbo, desconocido y misterioso, pero habiendo recorrido un sendero del que no me arrepiento, porque no lastimé a nadie, y porque mirando hacia atrás, sé que fui feliz. Quizás algunas cosas no terminaron como soñé...y eso fue lo mejor que pudo haberme pasado.

Aquí estoy, guardando en mi alma los secretos que muchos no se animan a contar, por temor a perder sus posesiones, sin saber que las personas somos libres, no pertenecemos a nadie...y cuando eso sucede es porque existe manipulación y dependencia.

Aqui estoy, con mis verdades a cuestas, con mis miedos vencidos y otros por vencer. Y, como un girasol, buscando la luz que me hace caminar un paso más hacia el mañana, hacia mis sueños, hacia lo que está por venir...Aquí estoy, dispuesta a cumplir todas las promesas que alguna vez me hice...porque soy a la única persona a la que no puedo fallarle!"

¡La puta que vale la pena estar viva!



Fue duro, fue difícil, fue aleccionador...pero aquí estoy, firme, de pie, dispuesta a seguir en la lucha...ya curé las heridas, ya descubrí la lección que debía aprender. ¡¡Hay cosas que parecen tan lejanas...parece que sucedieron en otra vida!! Y miro hacia atrás y sé que fui fiel a mi misma, que jamás engañé a nadie y que el camino sigue para vivir nuevas experiencias...

Aprendí que es mejor tener el corazón herido, y curarlo, a que no luzca ni una sola cicatriz por haberlo endurecido a los sentimientos. Que el amor es un trampolín del cual tenemos la opción de saltar y jugarnos sin saber qué hay en la pileta, o bajarnos y quedarnos con la duda de lo que hubiera pasado si.

Aprendí que muchas veces no te devuelven lo que das, pero lo importante es haber dado, por más que en el proceso te desgastes, te canses y te agotes. Porque cuando recuperes esa energía, te va a quedar la satisfacción de haber dado, de haber sido generosa, de haber sentido...

La vida es eso, una sucesión de emociones, experiencias, afectos, desamores, lágrimas, abrazos, sensaciones nuevas, vibraciones. Y de nosotros depende que cada día podamos despertarnos y decir..."la puta que vale la pena estar viva"!!!!!!

Escribir.

"Escribir es decir lo que la boca calla. Expresar eso que el alma anhela y la lengua no sabe cómo articular. Manifestar de una manera silenciosa esos gritos que se generan desde lo más profundo de nuestro ser.

Escribir es un placer solitario que se comparte con otros. Una adicción que no permite compañeros, pero que se reparte a todos. Un juego sin pares que otros terminan de construir.

Escribir es la receta que muchos prescriben para poder lograr metas. Es la forma de comenzar a darle forma a los sueños, de verlos más allá de nosotros mismos. El primer paso para hacerlos reales.

Escribir es parar la pelota y mirar en donde estamos parados. Tomarse cinco minutos para uno mismo. Dedicarse a fluir, dar a conocer esa parte que se oculta a los demás.

Escribir es distraerte un momento de lo que estabas haciendo para que me leas...Escribir es el café de los que estamos lejos."

Sombras liberadas.



Me he quitado un peso, una sombra, algo que me aturdia y opacaba. Me sacudi ese recuerdo que me ataba a un deseo, a un anhelo, a un sueño equivocado basado en mentiras y traiciones.

Me liberé de esa sombra oscura que ignoraba lo que quería, y que manipulaba a su paso para obtener beneficios. Me limpie el aura de su influencia negativa. Me costó, pero logre al fin sacudirme esa sombra que me había aprisionado en una espera llena de incertidumbres y vacía de certezas. Salté al precipicio del destino y caí en lo mas profundo de ese abismo, golpeando hasta mi alma e hiriendo lo más intangible de mi ser.

Las luces hacen que las sombras desparezcan, que podamos ver las cosas como son y perdamos el miedo que nos causa sabernos liberados de esas sombras perturbadoras, infames, nefastas, posesivas y oscuras.

Carta.



"Alguna vez pensé en escribirte, en dedicarte cartas, en las que te contaría todas aquéllas cosas que me hubiera gustado decirte, comprenderte desde tu lugar de mujer, y que supieras tantísimas cosas que pasaban por mi mente.

Quería que supieras que no le creí a rajatabla todo lo que decía, que siempre creí en la teoría de las dos campanas y que más de una vez, intenté ponerme en tus zapatos. Imaginarme esa parte de tu vida a la que no tenía acceso. Comprender muchas actitudas, suyas y tuyas, qué fue lo que sucedió para que cada uno caminara por un camino diferente.

Muchas veces dije que me hubiera haber sido un mosquito para poder observar por mis propios medios durante unos días como se desarrollaban sus vidas, porque quería tener un panorama real y, no soy ingenua, se que algunas veces, la responsabilidad se divide en un cincuenta por ciento para ambos. En un dejar de luchar, en no sentarse a charlar tranquilamente para preguntarse mutuamente qué es lo que ambos quieren y necesitan.

Muchas veces me imaginé esa conversación, porque yo necesitaba entender tambien tantísimas cosas de mi misma, de mi propia historia, cerrar capítulos de mi pasado que habían quedado ahí, sin poderlos concluir, porque, aunque no lo creas, tu historia tambien es mi historia, repetida por un extraño y complejo deja-vu, en el que reviví cosas, desde otro lugar.

Fue la misma película, treinta años después, con otros actores, y en otro rol. Fue la remake de mi pasado, aunque con un final diferente. Un final que le dí yo, porque yo no soy aquélla otra que cometió tantos errores. Cometí otros, sí, los míos, pero tomé otras decisiones.

Y quizás esto sea el resumen de aquéllas tantas cartas que me imaginé escribirte, resumidas en un blog, porque comprendí que una de las razones de tanto dolor fue la traición, la falta de escrúpulos, la ausencia total de compromiso y las mentiras para manipular a quienes lo rodeaban...No, no hablo de vos...vos tambien fuiste una víctima.

Yo cambié el guión, la película tuvo un final diferente. Yo ahora estoy escribiendo mi propia historia. Solo te digo gracias, y que en el fondo me das pena, porque en realidad no ganaste nada, y perdiste mucho, aunque creas que es al revés. Suerte...la vas a necesitar",

Instrucciones para volver a enamorarte



Para volver a enamorarte hay que curar el corazón de viejos amores, esos que nos dejaron heridas y golpes.

Hay que transitar distintos caminos, caerse y saber levantarse. Correr riesgos, jugarse a cara o cruz, caminar al borde de un precipicio sin saber si vamos a caer o nos van a empujar.

Para volver a enamorarse hay que abrir las alas y volar, explorar mundos nuevos, animarse a conocerse a uno mismo a través de otra persona.

Pero por sobre todas las cosas, para volver a enamorarse hace falta una amiga que ayude a reírse de una misma, con la que podamos llorar a moco tendido, que nos abrace cuando tengamos dudas, que nos invite a saltar todos los puentes y nos acompañe en cada locura.

Dedicado a M.D y a M.G.P.

Por un poco de amor.



El amor se da, se entrega, se recibe. No es una batalla ni una carrera. Sólo son dos personas que se eligen para compartir un camino, ya sea una parte o la totalidad de él.

Pero hay personas que compiten por el amor de otro. Y sin darnos cuenta nos envuelven en una carrera de obstáculos para ver quién es la que más hace para llegar al "premio", cuál merece llevárselo a su casa y ponerlo en la mesa de noche.

Las personas no somos premios, ni somos participantes de un concurso alocado para dejar la vida en pos de algo llamado amor, pero que no es otra cosa más que dependencia, temor a no encontrar a alguien más, miedo a estar solos porque nunca se aprendió a estar con la única persona que realmente nos acompañará hasta el final de nuestras vidas: uno mismo.

Algunas personas dejan su dignidad en pos de llegar a ese premio, y demuestran a cada rato su devoción por ese falso dios, que al primer paso en falso le da vuelta el rostro en busca de otra(s) persona(s) que se jueguen la vida por él, sin que él mueva un solo dedo.

Para lograr el amor, debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, a cuidarnos, para no permitirle a nadie que nos ponga en una carrera. El amor es un don, una bendición, la expresión máxima que un ser humano puede sentir. Nunca un premio por el cual dejar el alma, la vida y la propia dignidad.

Dormir conmigo.



Está noche voy a dormir conmigo. Fueron tantas noches que dormí con vos, a tu lado, estando juntos o lejos, siempre estabas ahí,  como un fantasma. Fueron muchos insomnios escuchándote, oyendo tus historias,  sintiendo tus palabras, tratando de entender las razones que te ataban a la insatisfacción, a la rutina.

Fueron muchos jueves esperando tu llamado y tu encuentro, sintiendo tu aroma, preanunciando tu mirada, sabiendo el recorrido que tus manos harían en mi cuerpo. Fueron Muchas noches en las que me pediste que te abrace al dormir, como si fueses un niño abandonado, solitario, refugiándose en mí.

Fueron tantas noches, que me costó arrancarlas de mi alma, una a una, desterrarlas de mi memoria, deshacerme de tu aroma, y saber que nunca más habría un llamado un jueves a la noche, luego de la cena con tus amigos, ni por la mañana cuando nos hablábamos para saludarnos y tal vez inventar algún momento juntos. Ya no celebraríamos fechas nuestras, junto a una botella de champagne, ni cocinarías para mí.

Fueron tantas noches en que tu fantasma me invadía y a pesar de haberme alejado para siempre, lo confieso, te extrañaba.  Pero ya no, ya no me importa, ya no recuerdo tu fragancia ni tu voz...ya casi no te recuerdo, porque no sos el hombre que amé,  sos un extraño, con la mirada vacía, incapaz de sostener la mía.

Por eso esta noche voy a dormir conmigo, con la que fui antes de conocerte,  pero más madura, con la que creció a través del dolor, con la que decantó noche a noche cada gota de amor hasta que se desvaneciera totalmente.

Ya estoy en paz.  Ya no me importa que sepan o no nuestra historia, porque cada uno de nosotros está hecho de historias y relatos que nos construyen y nos identifican. Cada uno es una biblioteca andante y esta noche me toca dejar que esta historia vuele para que sea de otros.

Esta noche voy a dormir conmigo, con mi libro nuevo y en blanco, abierto para escribir un nuevas historias.

Carta abierta a mis ex amores.



No fueron tantos y de cada uno aprendí cosas. A algunos me unió la inseguridad, el deseo de no estar sola, porque no había aprendido a estar conmigo.  No quería ser diferente a otras chicas, que tenían sus novios, planificaban sus bodas, formaban sus familias. Había algo dentro mío que se negaba a eso, pero sabía que una mirada inquisidora se posaba en mi.

Pasaron los años, la vida me hizo andar por otros caminos, aprender y madurar, hasta que un buen día volví a cruzarme con esas chicas, quienes al igual que yo, se habían convertido en mujeres. Pero algo había cambiado. Ya no me miraban como "la rara" sino que parecía que yo había descubierto un misterio: para ellas yo tenía la llave de la felicidad. Tenían sus miradas tristes, cansadas, su voz frustrada. Algunas ya no estaban con esos muchachos, ahora hombres, con quienes habían construido un sueño. Y las que seguían junto a ellos,  parecía que algo se había roto. Y me daban mucha tristeza pensar que sus sueños no se habían cumplido.

Mis ex amores,  los más importantes,  vinieron desde historias similares, buscando una fantasía,  algo que pusiera un toque de ilusión a sus vidas. Pero yo no lo sabía. Viví junto a ellos los mejores momentos. Supe lo que era el amor, y supe lo que esperar para ese primer beso en medio de los lobos de la Rambla, un sábado a la tarde de mayo de 2003.

Supe lo que fue sentir que el corazón se me iba del cuerpo al alejarme de él... Y tiempo después supe lo que fue sentir la muerte en vida cuando todo se derrumbó. Caminar en medio del desierto, desnuda y sin punto cardinal para saber hacia donde ir. Moverme y que doliera cada músculo, cada fibra, pero saber que mi única opción era caminar, porque quedarme quieta también era morirme.

Y crecí, y quise curar mis heridas para poder enfrentar otra historia sin temores, sonriendo. Hubo ojos que me sacaron del ostracismo, que jamás supieron que fueron quienes me alentaron a salir de la sombra en donde no miraba nada de lo que me rodeaba. A esos amores secretos míos, que nunca supieron cuanto significaron...gracias...

A los que despertaron mi piel,  a los que desvelaron mis noches,  a los que me regalaron su perfume y su abrazo, a los que me hicieron sentir que el paraíso cabía entre las cuatro paredes de un cuarto, y que el universo entero explotaba en cada beso...gracias.

A los que no pudieron,  no quisieron o no supieron sostener sus palabras, a los que nunca naufragaron dentro de sí mismos y en su egoísmo se olvidaron de quienes eran y que promesas habían hecho, a los que eligieron las mentiras y el engaño porque su inmadurez no les permitía ver más lejos de sus propias narices, a los que un buen día desaparecieron,  a los que intentaron volver con las mismas mentiras y quedaron esperando detrás de una muralla infranqueable,  a los que abandonaron el camino y me dejaron en libertad....¡¡¡Gracias!!!

Sin ustedes no sería la mujer que soy, no sabría que es lo que quiero, me enseñaron tantas cosas que aprendí a amarme como ninguno de ustedes soñó hacerlo, y me permitieron caminar hacia otros sueños.

 Gracias por su cobardía,  que me obligó a ser valiente. Gracias a sus mentiras, porque me enseñaron a buscar la verdad, gracias a sus dudas, porque aprendí a saber mis certezas. Gracias a darme vuelta la cara...porque yo supe ir de frente. Gracias a sus desplantes, porque descubrí como quiero  seguir escribiendo mi vida!!!!



Revolución.



Fue vernos después de mucho tiempo. Fue cruzar una sola vez nuestras miradas y saber que aún nos quedaban batallas por librar.

Fue volver a sentir el roce de tus manos al saludarme, tus labios en mi mejilla, tu voz murmurando un "hola" en mi oído.

Sentir que la sangre se me alborotaba en las venas. Que mi vientre gritara tu nombre, reclamando tu presencia. Y fue solo esbozar una sonrisa inesperada, quedarnos en silencio y saber que las palabras estaban demás.

Ninguno de los dos quiso partir primero. Ninguno se atrevió a decir nada más que alguna cosa convencional. Ninguno podía evitar el magnetismo que en ese momento nos dominaba.

Fue solo un instante, que duró la eternidad necesaria para saber que el fuego no se había extinguido.

Te deseo...



Que la brisa acaricie tu rostro. Que el sol entibie tu corazón. Que la luna acompañe tus pasos. Que el mar acune a tu alma.

Te deseo que los años te amansen las furias. Que los meses te abriguen las penas. Que las semanas te desnuden los miedos. Que los días te alimenten las ganas.

Te deseo que los sueños se cumplan. Que las promesas se realicen. Que las palabras no sean llevadas por el viento.

Te deseo que rías con el corazón,  que llores con el alma y que respires en libertad.

No cumplas más años.



No cumplas más años, pero cada día festeja la vida, como si mañana no fueras a despertarte.

No cuentes el tiempo, relata los momentos en que has sido feliz, y vibraste de emoción.

No ordenes los números,  escribe las letras del nombre de cada persona que te provocó una sonrisa.

No cumplas años, no creas que eres viejo, no te oxides en un sillón mirando hacia afuera, añorando lo que pasó o pensando en lo que pudo pasar... vive, aun recostado en una cama y sin poder moverte, piensa, vuela, imagina...y serás eternamente joven y libre!"

El hilo rojo.



La leyenda cuenta que un hilo rojo une a las personas que estan destinadas a encontrarse. Que puede estirarse, pero jamás romperse.

Yo creo que la leyenda debería ampliarse, ser mas profunda. El hilo rojo nos une, desde que nacemos, a todas las personas con las que nos cruzaremos en la vida, es como un tejido venoso, con hilados más gruesos en las relaciones importantes (padres, hijos, amores, amistades verdaderas) y se afina con las personas que no son tan vitales en nuestras vidas, o cuya intervención es acotada.

Este hilo rojo tiene desviaciones, son las personas que nos conducen a alguien que debe estar en nuestra vida (o nosotros en la suya) por alguna razón desconocida por nosotros, pero sin la intervención de esa persona, jamás llegaríamos a relacionarnos con alguien que es clave para nuestro crecimiento.

El hilo rojo no nos une solo a esa persona con quien nos hemos cruzado en vidas anteriores, y a la cual nos seguirá uniendo en nuestras reencarnaciones, nos une a una cantidad incontable de personas que intervendrán en nuestra historia, solo que con ellas, es mas fino y débil.

Vivir el amor.

"Vivir el amor, saber que el corazón desborda, que el alma se llena de una magia particular. Sentir una valentía inusitada, que nos lleva a realizar actos de los que jamás nos hubiésemos creído capaces. Querer proteger a otro al punto de jugarnos la vida,  sin importarnos que nos pueda suceder a nosotros mismos, aun sabiendo que ese amor no será retribuido, ni que permanecerá a nuestro lado...aun sabiendo que no estará ahí,  cuando más necesitemos un abrazo. Vivir el amor, es sabernos vivos".

Antes no hubo nada mejor.

"Antes no existió nada mejor. El mundo no era ni menos violento, ni más amable.

Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, pensemos en las personas que debieron huir de sus tierras a causa de las guerras, y preguntémonos si hubiéramos sido capaces de soportar el sonido de una avión enemigo sobrevolando nuestra casa.

Pensemos en quienes veían llegar a una cuadrilla de caballeros de algún señor feudal reclamando sus tributos, a quienes les robaban sus cosechas o quemaban sus propiedades. En las jóvenes novias que debían sufrir el "derecho a la primera noche" de los señores "nobles"...solo en el título.

Pensemos en quienes sufrieron la persecución religiosa, solo porque a alguien se le ocurrió decir que alguna actitud era sospechosa de brujería y terminaron colgados o en la hoguera.

Recordemos las eternas disputas de poder, de ideologías,  las capturas de esclavos, el maltrato sufrido por tantos seres inocentes y pensemos si ese mundo, tan lejano y a nuestros ojos modernos, tan ideal, era mejor".

Inolvidable.

Inolvidable.

No, vos no sos inolvidable. A quien no puedo olvidar es a la mujer que me había permitido ser.

 Si, con la persona equivocada. Porque vos no merecías a esa guerrera que era capaz de todo, si sabía que tras la batalla estaba tu abrazo para curarme las heridas.

No fuiste vos el que generó eso. Era yo misma, dispuesta a enfrentar al universo, con una fuerza que hasta yo desconocía, pensando que podría sentirme débil a tu lado.

Nunca imaginaste los volcanes que se desataron dentro mío, las tormentas huracanadas que yo cruzaba casi sin elementos para defenderme. Yo creía que eras vos.

Pero descubrí que no. Descubrí que esa fuerza era mía.  Que a la que extrañaba era s mi misma. Que vos simplemente fuiste un escalón en el descubrimiento de mi propio ser.

La inolvidable...soy yo.

Rompecabezas.

"Un día te das cuenta que insististe en poner una pieza en el rompecabezas equivocado, que no encaja ahí,  pero por alguna extraña razón, probaste las mil formas de buscarle un lugar. Y un día, después de muchos esfuerzos, de mucha frustración, de llenarte la cabeza de preguntas,  de darle mil vueltas porque siempre te dijeron que no había que desistir, que abandonar era para los débiles, que había que seguir hasta lograr la meta, el sueño, el anhelo, que no se debe renunciar...un día desististe. Y no pasó nada...simplemente que tu rompecabezas quedó incompleto, porque aún no llegó la ficha que lo complete".

Sobrevivientes.



De vez en cuando me encuentro con una sobreviviente igual a mí. Que en algún punto no se conforma consigo misma, que corre detrás de un sueño, por mandato,  por capricho, por meta, de una forma casi obsecada y, por qué no, obsesiva.

En algún momento, que nos marquen como las raras,  las rebeldes a toda lógica,  nos afectó. Quizás porque aún no habíamos descubierto que eramos sobrevivientes de una raza de la que existen pocos ejemplares: la raza de las personas libres. Libres y dueñas de sí mismas, haciéndonos cargo de nuestros errores,  asumiéndolos para aprender y seguir un camino difícil,  duro y solitario.

Pero, a veces nos hacemos trampa. Nos preguntamos por qué no podemos tener lo mismo que otros, y nos desviamos de ese sendero, para correr hacia un abismo escondido detrás de la niebla. Y caemos, de la forma más dolorosa que puede existir. Porque muchas veces renegamos de nosotras mismas, buscando en donde no hay nada, algo.

Somos sobrevivientes a golpes, a caídas,  a explosiones. Sobrevivimos a relaciones tortuosas y tuvimos el instinto de escapar, preservando nuestra esencia y confundiéndonos emocionalmente.

Hasta que un día nos damos cuenta de que esa libertad de la que somos hijas, nos grita en las venas que nunca hemos llegado tarde, porque aún no nos ha llegado el momento.

Somos sobrevivientes a nosotras mismas, a nuestros resbalones en el barro a cambio de nada, por simple empecinamiento.  Somos fugitivas del dolor, de la rutina, de la mediocridad. Huimos desesperadamente ante el menor atisbo de falta de inteligencia, ante la manipulación de quien pretende hacernos normales, comunes, convirtiéndonos en esclavas de su caprichos.

Hemos sobrevivido a la guerra entre nuestra alma y nuestro cerebro, quienes días y noches lucharon como dos grandes enemigos...hasta que la madurez logró reconciliarlos, comprendiendo que esa supervivencia proviene de que ellos vayan juntos, acordes, en armonia.

Sobrevivimos a nosotras mismas. Y esa es nuestra fuerza

El pozo.



No era un pozo común y corriente. Es una fosa, de esas que hay en los talleres mecánicos,  para poder mirar a los vehículos en la parte de abajo.

Cada vez que me acercaba a uno de ellos, sentía un vértigo terrible, sabiendo que podía caerme y lastimarme. Y aún cuando mi padre tuvo una época su propio taller, con su respectiva fosa, no logre vencer esa sensación que me hacía alejarme lo más posible del mismo. Sentía como si el vacío del pozo tuviera un enorme magnetismo y me arrastrara a su interior. La irracional posibilidad de que cayera dentro simplemente me aterraba.

Pasaron los años, racionalicé muchísimos miedos y enfrenté algunos al punto de lograr dominarlos (no me adjudicó la gloria de vencerlos...solo dominarlos, aplacarlos un poco para poder vivir mejor). Pero las fosas me siguen produciendo pánico. Un pánico incomprensible, animal, instintivo. Por más que dentro del pozo halla algún señor dándome indicaciones con las manos, cual colaborador aereo, mi pánico a una mala maniobra y caer me corta la respiración, me tensa el cuerpo, me hace sentir que cada segundo es eterno y, al salir, siento un agotamiento tal como si hubiera atravesado una cordillera sola, sin herramientas y en pleno invierno.

El miedo al pozo vendrá de mi eterna comparación de las relaciones tempestuosa con caminar a ciegas al borde de un precipicio? De saber de tantas veces que caí metafóricamente y, al ver esa leve profundidad,  temer que de haga realidad?  No lo se. Sólo se que las fosas se me hacen incomprensiblemente terribles, oscuras y fatídicas.

La vida es una rueda.

La vida es una rueda. Definitivamente hay sucesos que explican todo lo que ocurrió, los sinsentidos toman forma y de repente las piezas encajan en su lugar perfecto.

La rueda gira y a aquellos que se consideraron superados y superiores, de repente una cachetada los sacude. Y esa cachetada pudo haberte sucedido a vos.

Sin embargo, estas lejos, muy lejos, cerrando la puerta de ese infierno, que pudo haber sido tuyo. Y abriendo las puertas al paraíso.

Susana, de La Cabaña de Nuage.

Si van a La Cabaña de Nuage, conocerán a Susana, una mujer activa, llena de alegría. Se mueve como lo que es, una bailarina, pero porque a ella, más que los pies, le baila el alma!

Susana habla y mueve las manos con la magia de las mariposas. Y mientras cuenta su vida, expresa con su cuerpo muchas más cosas de las que dice. Ella nos hablan como si nos conociéramos de toda la vida, como si nos sentásemos a tomar un café con una gran amiga a la que hace mucho que no veíamos,  y de repente volvemos a cruzarnos.

Ella habla, y a mi se me llenan los ojos de lágrimas,  porque verla moverse realizando movimientos de baile, hacen que aquélla pequeña Cristina que se quedaba horas mirando ballet escondida detrás de la chimenea, resurja. La que enloqueció a su mamá hasta que una tarde la convenció de ir a una escuela de danzas y mientras mamá hablaba con la directora, se quedó fascinada mirando a las niñas que practicaban sus pasos de baile frente al espejo, con sus mallas azules, y a la que tuvieron que llevar a la rastra porque no quería irse de un lugar en donde dijeron que aún era muy pequeña. La que lloró porque dijeron que no, que todavía no. Y luego replicaba los pasos vistos y radiografiados tomada de la baranda de su cama-cuna. La misma a la que aún se le asoman lágrimas a los ojos cuando disfruta del ballet...

Sentí a Susana como un enorme espejo que me mostraba a mi misma en tantas situaciones! Un espejo que no sólo reflejaba mi propio pasado, también mi futuro, un espejo del que aprender que lo mejor siempre esta por venir, y en el que el destino nos tiene reservado algo maravilloso!

Gracias Susana, por presentarme a mi misma!!!

Yo no se amar.



Yo no se amar más que de frente, sin vueltas, sin medias tintas. Yo no se amar especulando, calculando tiempos, manipulando situaciones.

No se amar de esa forma que se usa entre la gente, de esperar su reacción, de hacerle doler la ausencia para que sienta que no es nada sin el otro. No se amar agrediendo, en postura de batalla.

No se amar sin dobleces, sin confianza,  sin fe. No se como amar, pensando en que mañana deba reemplazar al rey muerto con un rey puesto.

Solo se amar mirando a los ojos, respetando los pactos, cumpliendo las palabras, caminando junto a quien elegí,  sin pensar jamás en lo que deje a un costado del camino. Solo se amar plenamente, refugiándose en el abrazo del otro, dejando las armas en la tierra y colgando la armadura, mostrando mi debilidad, vulnerable en sus manos pero sabiendo que no me haría nunca daño.

Solo se amor así, de una forma en la que pocos aman. Un modo de amar antiguo, del que pocos se atreven a expresar sus emociones, para no sentirse expuestos.

Sin confianza, sin plenitud sin respeto, como se estila ahora. ..yo no se amar.

El desafío.



El desafío es levantarte cada mañana, superar el dolor, arrancar una a una las espinas que se clavaron en tu alma y curar todas las heridas, procurando que no queden restos de infección.

Es un trabajo artesanal, que tenes que realizar por tus propios medios, sola, remontando cada día un poco más la mirada hacia el horizonte que te espera. Parece lejano, inalcanzable, y sentís que no te quedan fuerzas para dar un paso más. Pero está ahí,  depende de tu fuerza de voluntad alcanzarlo.

El desafío es recuperar la sonrisa, mirarte al espejo y poder verte en el en toda tu inmensidad, profundamente, conocerte hasta el más mínimo rincón.

Es atreverte a vestirte de fiesta, bailar bajo la luz del sol, estremecerse con la brisa, acostarte en el parque y observar el cielo, jugando a ver imágenes en las nubes y sentir el aroma de la tierra, del pasto recién cortado, de las flores.

El desafío es amarte a vos misma, animarte a seguir adelante, jugarte por tu felicidad y saberte humana, saberte divina,  saberte sabia, saberte eterna!

lunes, 20 de junio de 2016

Carta abierta al hijo que no tuve.


Querido Mateo (no se por qué, pero siempre te imaginé varón): Hace mucho tiempo que quería escribirte, dejarte registrado en algún lugar que durante mucho tiempo te esperé. Que te soñé con cada hombre que amé. Que, incluso, llegué a buscarte fuera de mi cuerpo, porque te sentía en mi corazón.

 No nos encontramos en esta vida. No ha sido nuestro tiempo y no coincidimos. Tal vez yo tenga aún que aprender muchas cosas para ser tu mamá. Me hubiera gustado encontrarme en tu rostro. Adivinar si había algo de mí en tu mirada. A la de quién se habría parecido tu risa. Ver que habías heredado mi costumbre de treparme a un a árbol y quedarme horas mirando al mundo desde las alturas. Y me hubiera gustado verte desde una ventana, mientras te preparaba la merienda.

A veces pienso en que me perdí tus primeros pasos, tus risas, tus caras de "yo no fui" ante una travesura. Y que habría dado cualquier cosa por perderme toda una noche leyendote todas esas historias que alimentaron mi infancia. A veces pienso que tal vez tendrías edad de tener novia. Y que en el fondo de mi alma sufriría al verte con ella, pero sonreiria al saber que comenzabas a abrirte camino hacia la vida, escribiendo tu propia historia.

¡Hubiera querido tanto abrazarte al regresar, muerto de frio o hambre, y que me contases como fue tu dia! Y que me lleves del brazo caminando por la costa mientras hablamos de tonterias!

Me hubiera gustado verte convertido en un hombre, hecho y derecho, noble, justo, valiente, piadoso, sensible. Tal vez este mundo no esta preparado para alguien asi. Tal vez mi error fue no darle al mundo alguien asi. Espero encontrarte en mi próxima vida, ser esa mamá que te mereces y vivir todo eso que soñe, que lleve guardado todos estos años y que hoy necesite imperiosamente decirte.

miércoles, 13 de abril de 2016

Carta





 "Alguna vez pensé en escribirte, en dedicarte cartas, en las que te contaría todas aquéllas cosas que me hubiera gustado decirte, comprenderte desde tu lugar de mujer, y que supieras tantísimas cosas que pasaban por mi mente.

Quería que supieras que no le creí a rajatabla todo lo que decía, que siempre creí en la teoría de las dos campanas y que más de una vez, intenté ponerme en tus zapatos. Imaginarme esa parte de tu vida a la que no tenía acceso. Comprender muchas actitudas, suyas y tuyas, qué fue lo que sucedió para que cada uno caminara por un camino diferente.

Muchas veces dije que me hubiera haber sido un mosquito para poder observar por mis propios medios durante unos días como se desarrollaban sus vidas, porque quería tener un panorama real y, no soy ingenua, se que algunas veces, la responsabilidad se divide en un cincuenta por ciento para ambos. En un dejar de luchar, en no sentarse a charlar tranquilamente para preguntarse mutuamente qué es lo que ambos quieren y necesitan.

Muchas veces me imaginé esa conversación, porque yo necesitaba entender tambien tantísimas cosas de mi misma, de mi propia historia, cerrar capítulos de mi pasado que habían quedado ahí, sin poderlos concluir, porque, aunque no lo creas, tu historia tambien es mi historia, repetida por un extraño y complejo deja-vu, en el que reviví cosas, desde otro lugar.

Fue la misma película, treinta años después, con otros actores, y en otro rol. Fue la remake de mi pasado, aunque con un final diferente. Un final que le dí yo, porque yo no soy aquélla otra que cometió tantos errores. Cometí otros, sí, los míos, pero tomé otras decisiones.

Y quizás esto sea el resumen de aquéllas tantas cartas que me imaginé escribirte, resumidas en un blog, porque comprendí que una de las razones de tanto dolor fue la traición, la falta de escrúpulos, la ausencia total de compromiso y las mentiras para manipular a quienes lo rodeaban...No, no hablo de vos...vos tambien fuiste una víctima.

Yo cambié el guión, la película tuvo un final diferente. Yo ahora estoy escribiendo mi propia historia. Solo te digo gracias, y que en el fondo me das pena, porque en realidad no ganaste nada, y perdiste

sábado, 6 de febrero de 2016

Estado civil.

(Esta historia fue inspirada en la imagen publicada por Mario Roberto Mizdrahi en su muro de Facebook, con la propuesta de escribir el final de la historia. Gracias, Mario!)

Ella: ¿Estado civil?

Él: Arrepentido

Ella: ¿arrepentido por qué? 

 Él:  porque al principio mi mujer era una hechicera, pero después se volvió una bruja.

 Ella: ¿cómo es que cambió tanto?

Él: No lo se, yo llegaba a casa del trabajo, me sentaba a comer y a mirar la televisión un rato. Después me acostaba a dormir porque me tenía que levantar muy temprano para ir a trabajar.

 Ella: pero en algún momento habrá dicho algo su pareja?

 Él: nada, se sentaba al lado mío en el sillón cuando miraba el partido y se quedaba ahí, mirando no sé qué, si no entendía nada de fútbol!

 Ella: ¿y usted que hacía? 

Él: no le digo que miraba el fútbol!

 Ella: y usted cómo se dio cuenta de que ella había cambiado? 

 Él: porque un buen día no me cocinó lo que a mí me gustaba. En realidad fue una noche, cuando llegué y ella no estaba en casa, y me había dejado un churrasco crudo en la heladera. 

Ella: ¿y a dónde había ido?

 Él: no lo sé, nunca le pregunté, porque no la vi nunca más. 

Ella:¿y no la buscó? ¿No intentó comunicarse con ella para saber qué le pasaba? 

 Él: no. Empecé a pedir comida a la rotiseria. A llevar la ropa al lavadero. La esposa del portero venía un par de veces por semana a hacer la limpieza.

 Ella: ¿y cómo se siente cuando llega a su casa a la noche? 

Él: bien, enciendo la tele, miro el fútbol mientras ceno.

 Ella: ¿Y nota su ausencia? 

 Él: no, sólo se que ahora no siento sus ojos sobre mí cuando se sentaba en silencio al lado mio en el sillón, como si me estuviera pidiendo algo que yo no le podía dar.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Escribir

"Escribir es decir lo que la boca calla. Expresar eso que el alma anhela y la lengua no sabe cómo articular. Manifestar de una manera silenciosa esos gritos que se generan desde lo más profundo de nuestro ser.

Escribir es un placer solitario que se comparte con otros. Una adicción que no permite compañeros, pero que se reparte a todos. Un juego sin pares que otros terminan de construir.

Escribir es la receta que muchos prescriben para poder lograr metas. Es la forma de comenzar a darle forma a los sueños, de verlos más allá de nosotros mismos. El primer paso para hacerlos reales.

Escribir es parar la pelota y mirar en donde estamos parados. Tomarse cinco minutos para uno mismo. Dedicarse a fluir, dar a conocer esa parte que se oculta a los demás.

Escribir es distraerte un momento de lo que estabas haciendo para que me leas...Escribir es el café de los que estamos lejos."