domingo, 23 de marzo de 2014

Maletas.




¿Qué entra en una maleta vieja? No sólo caben objetos tangibles, cada carta, foto, papel nos cuenta una historia, un viaje, un milagro en el que se puede recrear la vida de una persona.

¿Cuántas vidas entran en esa maleta vieja? Todas las que estuvieron relacionadas con el propietario de esa valija, las vidas de los familiares que quedaron cruzando el océano, con los que tal vez nunca... más pudo reencontrarse, más que a través de largas cartas, contando éxitos y fracasos, alegrías y tristezas. La de los hijos y nietos, que hicieron su propia historia, quizás ignorando el enorme contenido implícito en esos papeles amarillentos, en esas imágenes en sepia que nos muestran a hombres y mujeres con rasgos conocidos, con gestos serios, en poses estáticas, mostrándonos una parte de nuestro propio pasado, misterioso y lejano.

En una valija de cartón y madera entra el aroma del mar mediterráneo, el aire del puerto al que se arribó con el alma llena de preguntas y tantos miedos como nadie pudiera pensar. En esa maleta entra la incertidumbre de qué sucedería con los que quedaron allá, atravesando una guerra. En ese pequeño espacio que contiene nuestras cosas materiales, se esconden los sueños del futuro, las ilusiones y toda la carga emocional que cada objeto posee en sí mismo.

En esa maleta vieja, desvencijada, rota por el paso del tiempo, que se guardó en un rincón caben las mil vidas que cada uno de nosotros llevamos por dentro...y que muchas veces olvidamos.

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