lunes, 30 de marzo de 2020

Me quedo en casa (crónica del coronavirus)



Me levanto y no sé bien si vestirme, quedarme en pijama o qué hacer. Es como un domingo largo y eterno, lleno de siestas, en donde se pierde un poco la noción del tiempo.

No se casi que hora es. Almuerzo si veo que aún hay sol y ceno porque está oscuro. Casi sin ganas, por rutina, escuchando en el fondo las voces de la televisión que, en su estridencia, me dice lo grave que está todo afuera.

Los consejos aparecen por las redes. Limpiar, ordenar, sacar, poner, hacer. Desee afuera nos indican qué hacer en esta rutina sin rutinas, en este limbo en donde solo me despierta el anuncio de un anuncio que tarda horas en llegar y las conjeturas hacen que la incertidumbre sea más fuerte.

No dicen nada más que ya no sepa, que no hayan repetido hasta el cansancio y, de repente, apago todo, pongo algo de música, pienso que esto son unas vacaciones eternas, en las que tengo que pasear por mi interior.

Dejo el silencio que me invada. Miro hacia afuera, la lluvia cae monocorde y el gris se hace más gris en este día que ya dura casi dos semanas.

Imagen tomada de la web.
© Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2020

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