lunes, 6 de mayo de 2024

Hay días ...


 Hay días en que, sin pensarlo, me doy cuenta de los meses que pasaron desde que te fuiste. A veces, parece que fue ayer, y otras, que han pasado mil años.


Poco a poco, nos vamos acomodando a tu ausencia. Conformamos nuevas rutinas, formas de hacer las cosas distintas, hacemos cambios. Y, en el fondo, duele cambiar, porque es arrancar algo que fue tuyo, a lo que le pusiste toda tu pasión. Pero nosotros, vos sabés las circunstancias, no podemos sostenerlo.


Muero por escuchar tu voz una vez más y, aunque la tecnología me permite hacerlo con ese audio de WhatsApp que logré que me grabaras, quisiera oírte nuevamente, tener una última charla, que me digas que estás bien.


Sueño con tocar tus manos, besarlas, abrazarte como no pude hacerlo porque esos últimos días estabas tan frágil y todo fue tan rápido!!! 

Te fuiste casi sin darnos tiempo de decirte adiós, o hasta pronto. Ya no estabas acá cuando te dimos ese último beso!!


Fue cruel, fue duro y fue difícil. Y no hubo tiempo de procesar tu partida, porque después pasó lo de Marcelo, y un torbellino de sensaciones y miedos, y dudas me invadieron. ¿Cómo iba a hacer yo sola para llevar adelante todo? ¿En qué cabeza cabía que pudiera hacerme cargo?


Sin embargo, la vida va acomodando las cosas. Una se abruma ante el abismo y el pánico hace que no vea el puente que une este lado de la tierra con la otra orilla. Y, temblando, logré subirme y buscar el camino correcto.


A veces me pregunto si estoy haciendo las cosas bien. A veces dudo de mi misma. Pero me enseñaste a seguir adelante, por más escollos que se me presenten. Me enseñaste a salir a la batalla con lo que tenga cerca, por más cansada y herida que esté, y arremeter contra el mundo, si es necesario. No puedo menos que intentar emular a la diga guerrera que fuiste.


Te extraño. Cada segundo de mi vida. Y te voy a extrañar hasta el día en que volvamos a vernos. En otra vida o en dónde sea. Te amo con toda mi alma...💔💔

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