martes, 9 de abril de 2019

Cambiar el foco.





De vez en cuando no vemos más allá de nuestra propia nariz. Loa problemas nos agobian y nos sentimos tan solos, tan tristes, tan confundidos, que no somos capaces de mirar a nuestro alrededor todo lo que tenemos.

A veces pensamos que no nos importa que otros estén pasando por situaciones peores que las nuestras, porque necesitamos gritar que por dentro tenemos una bomba emocional, dejándonos incapacitados para compadecernos de los demás. 

Queremos que nos escuchen, nos den una mano, nos levanten del pozo al que caímos. Precisamos que nos abracen y nos palmeen la espalda, volver a sentirnos niños y  sentir que alguien se ocupe de resolver nuestros problemas.

Pero a veces necesitamos cambiar el foco, ver que tenemos una familia que nos contiene;  que a pesar de todos nuestros problemas, tenemos un techo, comida, una cama. Que estamos vivos. Que somos más afortunados de lo que pensamos, simplemente porque nos encerramos en nuestro mundo.

Cambiemos el foco. Miremos con otra luz. Aprendamos a abrirnos al mundo y ver lo que sí tenemos, lo que nos da fuerzas para seguir adelante. Salgamos de nuestro cascarón y quizás, sólo con eso, lograremos alcanzar eso que se nos hace tan esquivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario