jueves, 19 de septiembre de 2019

Lejos.



Definitivamente estoy lejos. Hay una pared que me separa de lo que me rodea, invisible. Me vuelve inaccesible, lejana, ausente.

Lo que no saben es que estoy rota. Que aún no he logrado juntar mis pedazos, cada vez más pequeños, cada vez más frágiles.

Me verán fría. Me dirán pretenciosa. Me pensaran altanera.  Me señalarán soberbia. Me marcarán antipática.

Sólo es la barrera que pongo para que lo poco que queda de mí no se desintegre, no se quiebre en mil pedazos imposibles de juntar.

Es la única forma que conozco para que la piel no vuelva a doler, para que el corazón no se desangre.

Porque no he podido rearmarme. Sólo refugiarme en está isla que soy yo misma, hasta que no duela cada respiración, hasta que nada me recuerde la terrible sensación de tener mil agujas atravesándome el cuerpo. Hasta que logre saber cómo salir de esta burbuja que yo misma armé para que nadie me lastime.

Por eso soy distante. Por eso parezco soberbia. Por eso estoy lejana.

©Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2019 

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