lunes, 26 de octubre de 2020

En paz.


 En paz


De repente siento un aire nuevo en mi interior. Que el tiempo hizo diluir el dolor que sentí alguna vez. Qué la vida hizo su trabajo, que aprendí a ver las cosas desde otro lado. Qué me di cuenta...


De pronto todo tiene un color más suave. Una brisa me acomoda los rulos y el sol entibia mi piel y mi alma. Solo quiero sentarme frente al mar, caminar despacio y sonreír. Ya no quiero cargar con nada que me ate a algo que quedó tan lejos.


No tiene sentido llevar arrastrando cadenas oxidadas por mucho tiempo. Nos demora el camino hacia donde queremos ir y nos pesa todo el doble. Debemos ir livianos, en paz. 


Cuesta comprenderlo, pero también es verdad que vamos dejando reclamos, penas, lágrimas, enojos de a poco, como si fueran las capas de una cebolla. Hasta quedarnos con el corazón en las manos, latiendo solo por nosotros. Porque estamos vivos.


Soy feliz, con esa felicidad extraña que da la paz, la conciencia tranquila y el alma libre. Con la paz que da haberme perdonado a mí misma por todo el daño que me infligí sin darme cuenta.


En paz y libre!!


Imagen tomada de la web.

© Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario