miércoles, 28 de junio de 2023

Te extraño.


 Sos el perfume de tus rosas, que el invierno entristece más con tu ausencia.


Sos el aroma del puchero recién hecho, que me recibía al regresar del trabajo.


Sos el olorcito a tostadas, que usabas de despertador, para compartir el mate mañanero.


Sos la fragancia del pasto recién cortado y de la tierra mojada.


Sos todo eso que ya no volveré a sentir de la misma forma.  Las tostadas, el puchero, el pasto o las rosas, ya no tendrán tu esencia dando vueltas.


Cada día estás más lejos, o más cerca, no lo sé. Apenas ha pasado una semana de tu partida y se me hace que pasó un siglo lleno de soledad. 


De repente, siento tu voz en algún rincón de mi alma, dando instrucciones, observando cosas, dictándome qué tengo que hacer, y te respondo como si estuvieras ahí, al lado mío.  


Quiero que tú alma esté en paz, y libre, y tranquila de que acá, en este plano, todo va a estar bien, pero también necesito saber que algo tuyo sigue dando vueltas, protegiéndome, protegiéndonos.


¿Sabés? Es raro volver a casa y no escucharte, no sentir ese calor que emanabas, el perfume de tu presencia era particular y siento que, poco a poco, se va diluyendo con el correr de los días.  Y me gustaría haber podido encerrarlo en una botella y abrirla para respirarte en esos momentos en que me hace falta tu abrazo.


Pucha, vieja, qué largos son los días sin vos... 💔💔💔

No hay comentarios:

Publicar un comentario