lunes, 5 de agosto de 2019

Vigésimo octava forma de enamorarse.



(Mini homenaje al libro "27 maneras de enamorarse", de Santiago Craig).

Encendé estrellitas de colores. Prendé sahumerios de lirios y abrí las ventanas del cielo. Subí al paraíso.  Mirá desde allá todo lo que dejaste atrás.

Ni te preguntes si vale la pena. Vale la vida. Vale el riesgo. Vale cada uno de tus días vividos. Cada latido de tu corazón.

Servite un jugo de cualquier fruta mezclado con arándanos.  Comé una porción de esa torta que siempre mirás por el vidrio de la pastelería.  Olfateá el aroma del pochoclo recién hecho.

No te olvides de llenar la bañera hasta el tope.  Ponele sales aromarizadas con jazmín.  Y bastante espuma. Jugá con las burbujas. Rompelas con los dedos mientras suena Extraños en la noche, o No se tú, o la canción que más te guste.

Abrí la botella de esa bebida especial que guardabas para esa persona especial. Tomala mientras bailas con tu sombra, a la luz de las velas. Subite a una silla y cantá, aunque desafines, a los cuatro vientos.

Mirate en el espejo. Sonreíte. Pensá cuantas veces te dejaste de lado. Ponete la ropa aquélla que nunca usaste. Abrazate fuerte y salí a caminar con el ser más importante de tu vida. Vos.

 Imagen tomada de la web.

©Cristina Vañecek- Derechos Reservados 2019

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