sábado, 13 de junio de 2020

Pelear contra el cangrejo.



A veces no es ganarle, es simplemente tener la actitud suficiente para presentarle batalla. Es levantarse cada mañana, con una sonrisa, y saber que lo mantuvimos a raya un día más. Aunque, en el fondo, sepamos que avanza.

Pelear contra el cangrejo es burlarse de su poder sobre nosotros, es mirarlo de frente y tomar las armas que tengamos cerca para hacerle saber que, con nosotros, no podrá. Aún cuando la guerra esté perdida.

Pelear contra el cangrejo es tener un día más para abrazar a los que amamos, para leer ese libro que dejamos pendiente para más adelante, escuchar esa música que nos eleva, ir a ese lugar en donde nos sentimos en paz. Es hacer todo eso que siempre postergamos, porque pensábamos que teníamos todo el tiempo del mundo para hacerlo.

Pelear contra el cangrejo es, a veces, rendirse ante la evidencia de que es más fuerte que nosotros, pero sabiendo que dejamos lo mejor de nosotros mismos en cada batalla. Es no mostrarnos víctimas ante nadie.Al cangrejo no hay nada que le guste más que una víctima que se da por vencida en el primer encuentro.

Y si nos toca morir en la última estocada, hacerlo con la frente en alto, con el orgullo de haber peleado hasta el final, aún cuando supiéramos desde el principio cual seria el resultado. Esa, en realidad, es nuestra victoria contra el maldito cangrejo. 

Imagen tomada de la web
© Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2020

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