jueves, 29 de diciembre de 2022

Todas las canciones.




Estás ahí. Aunque no quiera, no puedo evitarlo. Enciendo la radio y suenan las canciones que te dediqué. Las que sonaban en mí mente cada vez que te miraba.


Intenté no escucharlas por un tiempo. Alejarme de todo lo que me llevara tus recuerdos. Quise romper mis memorias y ver todos tus defectos. 


Te borré de todos lados. Mis agendas ya no tienen rastros tuyos. Nada me recuerda eso que algún día fuimos. Nada queda de lo que una vez nos unió.


Pero, de repente, suena aquella canción que quedaba perfecta para cuando me hacías ese café después del amor. O la otra, que me venía a la mente cuando te veía dormir, tranquilo, a mi lado, y yo contaba tu respiración, esperando a que despiertes.


De pronto, cientos de canciones cuentan nuestra historia, sin saberlo. Y no puedo evitar que regreses a mi memoria. A que mi piel te extrañe. A que tú perfume me envuelva y me atrape en una espiral de la que huí por tanto tiempo.


Por más que haya roto tus fotos. Aunque nunca más huela el aroma de tu piel y jamás tus ojos se crucen con los míos.  Aunque nunca vuelva a sentir el calor de tus manos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Estás ahí, a la vuelta de cualquier melodía que me lleve a esos pequeños momentos compartidos, a esos instantes en que solo éramos nosotros ante el universo, a ese lugar en dónde la felicidad se quedaba enredada en el alma y nada parecía imposible.


Imagen tomada de la web

© Cristina Vañecek-Escritora Derechos Reservados 2022

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