sábado, 10 de diciembre de 2016

Gracias.

Y un buen día despertás sintiendo la fragancia de la paz. Que a tu alma llegó la quietud, luego de hacerte muchas preguntas. Hasta que, de a poco, la vida te fue dando algunas respuestas.

Sentís la luz del sol acariciando tu rostro, abrís las ventanas de par en par, respirás profundo y ya nada duele. Y te sorprende que sea así, de repente.

Solo que no fue de repente, fue un proceso, largo, en donde debiste quedarte curando tus heridas, una a una, evitando exponerlas a que alguien las vuelva a abrir. Tuviste que saber esperar, darte un respiro, para tener las fuerzas necesarias y volver a abrir las alas y poder volar!

Y cuando mirás hacia atrás te das cuenta de que todo formaba parte de un plan perfecto, que va más allá de tu comprensión y que vos lograste tu libertad. Que ahora, después de tanto y de todo, tu alma brilla de nuevo y disfrutas de la luz, de la brisa, de la fragancia de las flores.

La vida es una gran maestra, que se encarga de repetirte la lección las veces que sea y de todas las formas posibles, para que aprendas tu lección. Gracias a la vida...que me ha dado tanto...y gracias a la vida por lo que me quitó, porque no debía estar en mi camino.

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