Estamos tan acostumbrados a lo que tenemos que pensamos que siempre
va a estar ahí, a nuestro servicio. Creemos que todo en la vida es
estático y fijo...y no, en la vida todo fluye y de un día para el otro
el mundo se nos da vuelta, quitándonos eso que, pensábamos, nos
pertenecía por derecho.
Y no, nada nos pertenece, nada es fijo e inmóvil, nada se queda eternamente con nosotros. Ni personas, ni objetos, ni siquiera nuestro propio cuerpo. De repente un día la vida nos sorprende con una lección inesperada, y nos vemos agradeciendo el simple hecho de estar vivos, de respirar, de abrir los ojos, de poder hablar.
Y no, nada nos pertenece, nada es fijo e inmóvil, nada se queda eternamente con nosotros. Ni personas, ni objetos, ni siquiera nuestro propio cuerpo. De repente un día la vida nos sorprende con una lección inesperada, y nos vemos agradeciendo el simple hecho de estar vivos, de respirar, de abrir los ojos, de poder hablar.
Y debemos volver a aprender. A mirar el mundo de una forma nueva y
diferente. A que nuestro entorno se modifica y debemos modificanos
nosotros mismos. Aunque no queramos. Porque la vida no nos dio otra
opción.
Si estas leyendo esto, si pudiste abrir los ojos, es por el inadvertido hecho de inhalar y exhalar oxígeno en nuestros pulmones, algo tan sencillo y milagroso.
Somos un milagro. Somos una maravilla. Y muchas veces no nos damos cuenta.
Si estas leyendo esto, si pudiste abrir los ojos, es por el inadvertido hecho de inhalar y exhalar oxígeno en nuestros pulmones, algo tan sencillo y milagroso.
Somos un milagro. Somos una maravilla. Y muchas veces no nos damos cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario