jueves, 12 de julio de 2018

Apostar.



"Yo se lo que es apostar, jugarse todo dd una vez y verlo que se va como el agua entre los dedos.

Yo se lo que es arriesgarse porque la suerte estaba de mi lado y me había dejado ganar algunas veces.

Comencé apostando poco, un par de monedas, como si no me importara lo que fuera a suceder. La a tiré sin mirar en donde cayeron, como por compromiso, casi por obligación. Y ese par de monedas me dieron una satisfacción pequeña.

Volví a jugar, poco, como quien se arriesga con miedo, sabiendo que nunca un rayo cae dos veces en el mismo lugar. Tímidamente arrojé las mismas monedas para que el azar cumpliera su rol. Y, otra vez, dupliqué los que tenía.

Aposté de nuevo. Esta vez más segura, más firme, decidida a que podía controlar lo que entregaba, jugué un poco más fuerte. Volví a ganar y parecía que, al fin,la buena fortuna se había enamorado de mi.

De pronto noté todo lo que había acumulado. No se si fue codicia, no se si fue capricho, no se si fue certeza, pero tomé todo lo que poseía, lo que llevaba, y me jugué por entero. Aposté hasta mi alma, confiada en que iba a ganar.

Pero no, volví desnuda y descalza, caminando en medio de la noche, con frío y sin comprender qué había ocurrido, ni como me había dejado llevar por la vorágine de ese juego.

Aposté el alma, la piel y mis sueños, para que se fuera todo de repente, así como si cayera a un profundo abismo sin final.  Sola, herida y confundida.

Aposté la vida y perdí todo,  sin haberme guardado nada para mi.  Sin haber tenido el egoísmo de dejarme algo en el bolsillo para resguardarme. Aposté, sin pensar en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario