lunes, 17 de diciembre de 2018

Siento frío.





Siento frío. Y no estás ahí, como siempre, para abrigarme en tu abrazo. Te busco en cada lugar que recorrimos, en donde nos besamos, en cada atardecer.

Siento frío y no hay estufa que logre sacarme está sensación de los huesos, ni de mi alma. Miro tus fotos, les hablo, les pregunto dónde estás y sólo me responde el silencio de tu sonrisa, pícara y blanca.

Siento frío, pero es algo más que frío, es una ausencia que me invade, que me roba toda emoción, que me anula. Sólo miro por la ventana, sentada desde un sillón, para descubrir tu sombra entrando al parque.

Siento frío, mucho frío, no hay manta que logre hacerme conectar con algo más que mi tristeza, me envuelvo en ella y, medio dormida, siento tu fragancia.

Siento frío, y lloro porque no puedo tocarte, porque no entiendo que pasó para que no estés aquí, conmigo, riendo a carcajadas de mis torpezas, tomando un café recién hecho y planeando un mañana.

Siento frío, tanto frío que siento que estoy muerta, que ya no tengo más lágrimas, que mi vida no tiene sentido...miro alrededor y todo sigue igual, y todo ha cambiado al mismo tiempo.

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