domingo, 5 de abril de 2020

La extraña gente que me rodea. (Crónicas del Coronavirus).



Salgo a la calle. Tengo que comprar algunas cosas para abastecerme y me asombra el silencio. ¡Tan cotidiano se me había hecho el ruido de motores y bocinas!

Ando unas cuadras. Pocas personas dando vueltas. Algunas más desenfadadas que otras. Unos como que no les importa o no asumen que hay una pandemia. Los otros, aprietan el paso, nerviosos, para llegar rápido a su hogar.

En la fila del supermercado ya se ven caras más serias. Algunos se ocupan de ver sus celulares, otros miran al cielo, a la calle, a los costados. El espacio que impone el distanciamiento social hace que puedan establecerse pocas conversaciones banales, como esas que teníamos antes sobre el clima, el escándalo mediático del día o la última suba de impuestos.

Poco a poco avanzamos y me llega el turno de ingresar. Con un aparato me miden la fiebre y en un segundo pienso en qué ocurriría si me da más de lo normal, en cómo se enteraría mi familia, en que no tengo idea de cómo funciona todo esto. Por suerte doy bien y paso hacia el interior.

La escena se repite. Pocos ruidos, casi nadie hablando entre sí de cosas banales, todos apurados por volver a nuestras casas. Algunos se tapan la cara con barbijos e imagino que, tal vez, nunca más veamos el rostro completo de alguien en la calle. Que quizas sea algo que reservemos solo para los nuestros, los más íntimos.

Regreso a mi casa llena de sensaciones extrañas, pensando en que mundo nuevo nos deparará la vida cuando todo esto acabe. ¿Acabará?

#QuedateEnCasa
Imagen tomada de la web
© Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2020

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