martes, 7 de abril de 2020

Vacío. (Crónicas del Coronavirus).



Andar por la calle tiene ese qué sé yo de primer extraterrestre recien bajado de la nave. Es como reconocer, nuevamente, este mundo extraño que nos rodea. Ya casi nadie camina por la calle y aturde tanto silencio.

Poco a poco voy perdiendo la costumbre de mirar si viene algún vehículo cuando cruzo la calle. Simplemente, porque no viene ninguno. Y podría estar horas parada en medio de una avenida hasta que sienta la necesidad de apurar el paso y correr hacia la otra esquina.

Los juegos de las plazas están ahí, inertes, esperando que el viento haga alguna travesura para justificar un poco su movilidad, como si pequeños fantasmas estuvieran hamacándose o treparan por sus escalones. Si fuera el extraterrestre, no comprendería cuál es la función de esos esqueletos, plantados en medio de tanta soledad.

Las flores de los últimos días del verano crecen sin que nadie las huela. Y pocos son los que las observan, fotografiando su belleza. Algunos, afortunados, las ven detrás de un vidrio, añorando el día en que puedan volver a salir.

El extraterrestre del principio hoy no sabría bien quién hizo todo este mundo, lleno de construcciones y estructuras, en donde la naturaleza ha comenzado a ganar espacio y los humanos hemos tenido que acurrucarnos en nuestras madrigueras...hasta nuevo aviso.

#QuedateEnCasa
Imagen tomada de la web
© Cristina Vañecek-Derechos Reservados 2020

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