miércoles, 5 de julio de 2017

Cuando llega el amor.


Podés estar toda la vida esperándolo, imaginado su rostro, pensando en los mil detalles que tendrá. Podes soñar cada noche con los cuentos que escuchabas de niña y ver en cada persona que te cruces al posible príncipe encantado.

Y mientras esperás a ese ser perfecto y lleno de virtudes, quizás dejes pasar de largo al verdadero amor de tu vida, que no tiene nada de perfecto no de principesco. Posiblemente sea la persona que menos imagines, que jamás hubieras pensado...

Y tal vez ya te lo cruzaste, pero enceguecida por tu obsesión imaginaria no lo supiste ver. Quizás te sorprenda una mañana sin que puedas hacer nada para evitarlo. O, tal vez, descubras que construiste poco a poco algo indestructible con quien tenías a tu lado y no veías.

Cuando llega el amor, una no sabe que está llegando. Hay que abrir los ojos y soñar al mismo tiempo.

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