martes, 19 de julio de 2016

Carta abierta a mis ex amores.



No fueron tantos y de cada uno aprendí cosas. A algunos me unió la inseguridad, el deseo de no estar sola, porque no había aprendido a estar conmigo.  No quería ser diferente a otras chicas, que tenían sus novios, planificaban sus bodas, formaban sus familias. Había algo dentro mío que se negaba a eso, pero sabía que una mirada inquisidora se posaba en mi.

Pasaron los años, la vida me hizo andar por otros caminos, aprender y madurar, hasta que un buen día volví a cruzarme con esas chicas, quienes al igual que yo, se habían convertido en mujeres. Pero algo había cambiado. Ya no me miraban como "la rara" sino que parecía que yo había descubierto un misterio: para ellas yo tenía la llave de la felicidad. Tenían sus miradas tristes, cansadas, su voz frustrada. Algunas ya no estaban con esos muchachos, ahora hombres, con quienes habían construido un sueño. Y las que seguían junto a ellos,  parecía que algo se había roto. Y me daban mucha tristeza pensar que sus sueños no se habían cumplido.

Mis ex amores,  los más importantes,  vinieron desde historias similares, buscando una fantasía,  algo que pusiera un toque de ilusión a sus vidas. Pero yo no lo sabía. Viví junto a ellos los mejores momentos. Supe lo que era el amor, y supe lo que esperar para ese primer beso en medio de los lobos de la Rambla, un sábado a la tarde de mayo de 2003.

Supe lo que fue sentir que el corazón se me iba del cuerpo al alejarme de él... Y tiempo después supe lo que fue sentir la muerte en vida cuando todo se derrumbó. Caminar en medio del desierto, desnuda y sin punto cardinal para saber hacia donde ir. Moverme y que doliera cada músculo, cada fibra, pero saber que mi única opción era caminar, porque quedarme quieta también era morirme.

Y crecí, y quise curar mis heridas para poder enfrentar otra historia sin temores, sonriendo. Hubo ojos que me sacaron del ostracismo, que jamás supieron que fueron quienes me alentaron a salir de la sombra en donde no miraba nada de lo que me rodeaba. A esos amores secretos míos, que nunca supieron cuanto significaron...gracias...

A los que despertaron mi piel,  a los que desvelaron mis noches,  a los que me regalaron su perfume y su abrazo, a los que me hicieron sentir que el paraíso cabía entre las cuatro paredes de un cuarto, y que el universo entero explotaba en cada beso...gracias.

A los que no pudieron,  no quisieron o no supieron sostener sus palabras, a los que nunca naufragaron dentro de sí mismos y en su egoísmo se olvidaron de quienes eran y que promesas habían hecho, a los que eligieron las mentiras y el engaño porque su inmadurez no les permitía ver más lejos de sus propias narices, a los que un buen día desaparecieron,  a los que intentaron volver con las mismas mentiras y quedaron esperando detrás de una muralla infranqueable,  a los que abandonaron el camino y me dejaron en libertad....¡¡¡Gracias!!!

Sin ustedes no sería la mujer que soy, no sabría que es lo que quiero, me enseñaron tantas cosas que aprendí a amarme como ninguno de ustedes soñó hacerlo, y me permitieron caminar hacia otros sueños.

 Gracias por su cobardía,  que me obligó a ser valiente. Gracias a sus mentiras, porque me enseñaron a buscar la verdad, gracias a sus dudas, porque aprendí a saber mis certezas. Gracias a darme vuelta la cara...porque yo supe ir de frente. Gracias a sus desplantes, porque descubrí como quiero  seguir escribiendo mi vida!!!!



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