domingo, 24 de julio de 2016

Romper moldes.

"Poco a poco se van rompiendo moldes, estructuras, se va saliendo de la cueva, en donde nos lamimos las heridas, nos curamos el alma, nos recuperamos de todo el torbellino que nos atravesó y volvemos a enfrentarnos al mundo.

Nuevos, liberados, más sabios, más bravos, más maduros, tal vez menos inocentes. Pero dejar el alma en reposo mientras está revuelta, hasta que se calme, hasta que se pueda ver nuevamente a través de ella, hasta que se vuelva transparente otra vez, nos hace puros a nuestros propios ojos.


Atravesar un desierto, cruzando nuestros miedos, nuestros dolores, reconociendo nuestras iras, caminando en medio de las tempestades que se desatan en nuestro interior, nos vuelve mejores hacia nosotros mismos.


La felicidad, ese bien tan deseado, tan anhelado, que nos venden que sólo los obtendremos al lado de otra persona, sólo está en nostros, adentro nuestro, en el fondo de nuestra mirada. Sólo hay que atreverse a mirarse uno mismo en el espejo, confesarse a ese ser que nació con nosotros y nos acompañará hasta el último suspiro, y volver a empezar".

No hay comentarios:

Publicar un comentario