sábado, 16 de marzo de 2013

El alegato de Eva




[Antes de leer este texto vale hacer algunas aclaraciones: está concebido como una obra de teatro, está inconcluso y el contenido del escrito nada tiene que ver con cuestionamientos religiosos, simplemente una situación imaginaria, utilizando un personaje cultural.]


(Escenario a oscuras. En el medio, Eva, vestida con harapos, levemente iluminada y cabizbaja. Una voz en off dicta la sentencia)

 

Voz en off: “por tu desobediencia, multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.”

 

(Oscuridad total. Silencio. Una luz más intensa ilumina a Eva. Levanta la cabeza)

 

Eva: ¿me castigás? ¿Vos, mi creador, el que me dio el soplo de la vida, quien me dio libre albedrío, me castigás, echándome de tu paraíso? ¿Qué clase de ser supremo sos? ¿Cuál es tu amor hacia tus criaturas, que si no te obedecen ciegamente, las despedís de tu mundo ideal?

 

“¡El paraíso! Una mentira grande, inmensa. ¡No existe el paraíso si no existe la libertad!”

 

(El escenario se ilumina, se ven escenas de lugares arbolados, con diversos animales. Una mesa, con una fuente de manzanas, a un costado, del otro, imágenes de un páramo desolador)

 

Eva: “Yo soy tu creación más perfecta, a tu verdadera imagen y semejanza...No podré crear ni el sol, ni las estrellas, ni podré dividir los mares de las tierras…pero con una sola caricia, con una mirada, con un gesto lleno de ternura, ¡puedo crear mil mundos para quien lo necesite!”

 

“Decís que el hombre es el ser más perfecto de la tierra…El hombre es el que me condenó a mí, y a mis hijas, al dolor, al espanto, a la muerte. Tu hombre, ése al que le diste durante milenios poder sobre mi cuerpo, ése, que dudaba sobre mi capacidad de amar, de sentir, de pensar…¡pero que sin mí, no podía tener proyectos!”

 

“Decís que él fue hecho a tu imagen y semejanza…¡quien llenó de destrucción la tierra, peleando contra su propio hermano por una porción de poder! ¡Haciéndolo su esclavo, robándole hasta lo más simple, privándolo de la libertad! ¿Ésa es tu imagen? ¿Qué clase de creador sos, que permitís que miles mueran en tu nombre? ¿Cuál es tu superioridad, que dejaste morir a tantos inocentes, con tal que tu nombre sea glorificado  por los siglos de los siglos?

 

Mis hijas han sido ultrajadas, vendidas a cambio de títulos, honores, intercambiadas por un trozo de tierra o por animales… ¿Nosotras no somos “tu creación”? ¿Cuál es el desprecio que nos tenés?  ¿Para qué nos diste la posibilidad de dar vida…si luego nos ibas a condenar por ese don?”

 

(Eva camina por el escenario, va hacia la mesa, toma una manzana)

 

Eva: “una manzana, una simple e inocente fruta, pero que para vos representa el bien y el mal… Me prohibiste morderla, me dijiste que moriría, pero estoy aquí, viva…¡más viva que nunca! (muerde la manzana) ¡Ya me sacaste de tu paraíso, ya me condenaste a sufrir, qué más puedo perder? Nada, porque me dejaste tan poco, que la única opción que tengo es salir a ganar! Porque me impediste hacer tantas cosas, que ahora sólo me queda recuperar todo! Porque me vaciaste de tal manera…que lo único que puedo hacer ahora…¡es llenarme! (Eva muerde otro trozo de manzana)

 

“Mi estirpe fue violada en cada raza que habita la tierra. Mis hijas fueron quemadas vivas, sin que a ninguno de tus varones se le moviera un dedo, bajo la excusa de que así limpiarían sus pecados. Fueron asesinadas por hombres que utilizaron tu nombre, para vanagloriarse de su poder…y vos, nuestro creador, no hiciste nada para impedirlo?. ¿Por qué no provocaste un diluvio ante cada hoguera? ¿Por qué un coro de tus ángeles no las rescató? Eran inocentes, simples mujeres, llenas de  esa sabiduría que da la naturaleza, y solamente porque no se inclinaron ante los  que se llamaron “tus representantes”, las asesinaron…¿Quién debería ser juzgado hoy, entonces? ¿Quién permitió tantos crímenes en su alabanza, sin que ninguno de sus sicarios fuera condenado?”

 

(Eva tira la manzana contra la imagen del paraíso con rabia)

 

Eva:” mi descendencia parió con dolor, y con dolor vivió toda su larga y triste historia. Jamás impediste un casamiento por interés…pero condenaste duramente el amor, lo castigaste. Hasta que fuimos descubriendo el verdadero paraíso, un paraíso al que se puede llegar con ternura, con pasión, con armonía…Ése paraíso está dentro de mí, y dentro del cuerpo de cada mujer a la que le vibra el alma, a la que las entrañas le grita que la vida nace dentro suyo!”

 

“Entre mis hijas elegiste a María, como mi antítesis, nos enfrentaste en toda su santidad, y con su virginidad sagrada le quitaste todo lo más intimo de su ser…sólo fue mujer para traer al mundo a tu hijo, y luego sólo fue mujer para ser madre, virgen, casta y pura hasta el final de los tiempos. Y a tu elegida le provocaste el dolor más profundo que a un ser humano se le pueda dar: hacerla ver cómo su hijo, su único hijo, era juzgado, golpeado, humillado y asesinado de la forma más cruel y bestial. Cada latigazo fue una herida directa a su corazón! Nunca concebiste en tu omnipotencia, que cada clavo en el cuerpo de su hijo…estallaba en sus entrañas y le hacía trizas el corazón!”

 

“Tu hijo, ése al que ofreciste al mundo para que lavara sus pecados, ¿tuviste la osadía de hacerlo crucificar!? ¿Qué clase de padre amadísimo sos, que le imponés a tu propia semilla semejante decisión? Tu hijo fue un ejemplo de virtud, pero sus seguidores nunca entendieron nada del mensaje de amor y respeto que él trajo al mundo. Porque por cada apóstol perseguido, los inquisidores, dueños de la verdad absoluta sobre tu esencia, asesinaron  a muchos seres humanos dueños del “libre albedrío”…Y ellos no supieron nunca  el libre albedrío es poder elegir sin ser castigados por nuestras decisiones, pero que  vos y los que llevan tu bandera de verdad absoluta no respetan, (Eva toma otra manzana del plato y la muestra a dios) … El libre albedrío no se respetó nunca, desde los tiempos en que elegí morder esta manzana y tener la posibilidad de elegir qué creer, qué pensar y qué hacer con mi vida.


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