sábado, 16 de marzo de 2013

Más allá



Mirar a través de una ventana y ver que yo no estoy ahí, compartiendo tus risas, que no formo parte de tus sueños, que no tengo un lugar en tu mundo. Repito la misma sensación de la eterna idea de los caminos que se bifurcan. Fuimos un cruce, el descanso después de recorrer mucho tiempo, el refugio en la tormenta, el oasis en el desierto.

  El temporal finalizó y para uno de los dos salió el sol. Uno de los dos tuvo que seguir caminando en el desierto, en la eterna búsqueda de eso que el alma pide a gritos, sintiendo que la vida es algo que nos sucede cuando menos lo esperamos y que si no sabemos aprovecharlo en ese momento, se nos va como el agua por entre los dedos.

    Miro por la ventana, y sentir que el cuerpo me pide a gritos estar del otro lado, pero una pared me divide el cielo de tus brazos y el infierno de la soledad, una pared imposible de traspasar, por tus miedos, por tu cobardía.

    La ventana me muestra lo que pudo ser y no tuviste el coraje de compartir conmigo, pero también me muestra que hay otros caminos por recorrer, y que mi opción es alejarme y volver a caminar, en medio del desierto, atravesando la tormenta, más allá, donde brilla el sol

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